14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

358 LA EDAD DE ORO<br />

No cabe duda de que la reforma agraria fue bi<strong>en</strong> acogida por el campesinado<br />

<strong>del</strong> tercer mundo, por lo m<strong>en</strong>os hasta que se pasó a la colectivización<br />

de las tierras o a la constitución de cooperativas, como fue norma g<strong>en</strong>eral de<br />

los países comunistas. Sin embargo, lo que los modernizadores vieron <strong>en</strong> esta<br />

reforma no era lo que repres<strong>en</strong>taba para los campesinos, a qui<strong>en</strong>es no interesaban<br />

los problemas macroeconómicos, que veían la política nacional desde<br />

un punto de vista difer<strong>en</strong>te <strong>del</strong> de los reformadores de las ciudades, y cuyas<br />

demandas de tierra no se basaban <strong>en</strong> principios g<strong>en</strong>erales, sino <strong>en</strong> exig<strong>en</strong>cias<br />

concretas. Así, la reforma agraria radical instituida por los g<strong>en</strong>erales peruanos<br />

reformistas <strong>en</strong> 1969, que destruyó el sistema de haci<strong>en</strong>das <strong>del</strong> país de un<br />

solo golpe, fracasó por este motivo. Para las comunidades indias <strong>del</strong> altiplano,<br />

que habían vivido <strong>en</strong> difícil coexist<strong>en</strong>cia con las grandes haci<strong>en</strong>das ganaderas<br />

de los Andes a las que proporcionaban mano de obra, la reforma repres<strong>en</strong>taba<br />

simplem<strong>en</strong>te la justa devolución a las «comunidades indíg<strong>en</strong>as» de las<br />

tierras y pastos comunales de los que les despojaron los terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes, cuyos<br />

límites habían conservado <strong>en</strong> su recuerdo durante siglos, y cuya pérdida no<br />

habían aceptado jamás (Hobsbawm, 1974). A los indios no les interesaban ni<br />

el mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de las viejas empresas como unidades de producción (propiedad<br />

ahora de las comunidades y de los antiguos trabajadores), ni los experim<strong>en</strong>tos<br />

cooperativistas, ni otras prácticas agrícolas innovadoras, sino la<br />

asist<strong>en</strong>cia mutua tradicional <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de comunidades que distaban mucho<br />

de ser igualitarias. Después de la reforma las comunidades volvieron a «ocupar»<br />

las tierras de las haci<strong>en</strong>das convertidas <strong>en</strong> cooperativas (de las que ahora<br />

eran copropietarios), como si nada hubiese cambiado <strong>en</strong> el conflicto <strong>en</strong>tre<br />

haci<strong>en</strong>das y comunidades (y <strong>en</strong>tre comunidades <strong>en</strong>vueltas <strong>en</strong> disputas por las<br />

tierras) (Gómez Rodríguez, 1977, pp. 242-255). Para ellos, nada había cambiado<br />

realm<strong>en</strong>te. La reforma agraria más próxima al ideal de los campesinos<br />

fue seguram<strong>en</strong>te la mexicana de los años treinta, que dio las tierras comunales<br />

de forma inali<strong>en</strong>able a las comunidades rurales para que las organizas<strong>en</strong><br />

como quisieran (ejidos) y que partía de la convicción de que los campesinos<br />

se dedicaban a la agricultura de subsist<strong>en</strong>cia. Fue un éxito político <strong>en</strong>orme,<br />

pero sin consecu<strong>en</strong>cias económicas de cara al desarrollo agrícola posterior<br />

de México.<br />

IV<br />

No ha de sorpr<strong>en</strong>der que los estados poscoloniales que surgieron por<br />

doc<strong>en</strong>as después de la segunda guerra mundial, junto con la mayor parte de<br />

América Latina, que era también una de las regiones dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> viejo<br />

mundo imperial e industrializado, se vieran agrupados con el nombre de «tercer<br />

mundo» —una expresión según se dice acuñada <strong>en</strong> 1952 (Harris, 1987,<br />

p. 18)— para distinguirlos <strong>del</strong> «primer mundo» de los países capitalistas<br />

desarrollados y <strong>del</strong> «segundo mundo» de los países comunistas. Pese a lo<br />

absurdo de tratar Egipto y Gabón, la India y Papua-Nueva Guinea como

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!