14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

5 3 8 EL DERRUMBAMIENTO<br />

Sin embargo, los ci<strong>en</strong>tíficos estaban más directam<strong>en</strong>te politizados por<br />

sus bi<strong>en</strong> fundadas cre<strong>en</strong>cias de que los legos, incluy<strong>en</strong>do a los políticos, no<br />

t<strong>en</strong>ían ni idea <strong>del</strong> extraordinario pot<strong>en</strong>cial que la ci<strong>en</strong>cia moderna, adecuadam<strong>en</strong>te<br />

empleada, ponía <strong>en</strong> manos de la sociedad humana. Y tanto el<br />

colapso de la economía mundial como el asc<strong>en</strong>so de Hitler parecieron confirmarlo<br />

de modos distintos. Por el contrario, la devoción marxista oficial de<br />

la Unión Soviética y su inclinación hacia las ci<strong>en</strong>cias naturales <strong>en</strong>gañó a<br />

muchos ci<strong>en</strong>tíficos occid<strong>en</strong>tales de la época, haciéndoles creer que era un<br />

régim<strong>en</strong> adecuado para realizar este pot<strong>en</strong>cial. La tecnocracia y el radicalismo<br />

convergieron porque <strong>en</strong> este punto era la izquierda política, con su compromiso<br />

ideológico con la ci<strong>en</strong>cia, el racionalismo y el progreso (ridiculizado<br />

por los conservadores mediante un neologismo, el «ci<strong>en</strong>tifismo»), 14 la<br />

que repres<strong>en</strong>taba naturalm<strong>en</strong>te el reconocimi<strong>en</strong>to y el respaldo adecuados<br />

para «la función social de la ci<strong>en</strong>cia», por citar el título de un libro-manifiesto<br />

de gran influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> esa época (Bernal. 1939), escrito, como no podía<br />

ser m<strong>en</strong>os, por un físico marxista brillante y militante.<br />

También es significativo que el gobierno <strong>del</strong> Fr<strong>en</strong>te Popular francés<br />

de 1936-1939 creara la primera subsecretaría de investigación ci<strong>en</strong>tífica<br />

(dirigida por Ir<strong>en</strong>e Joliot-Curie, galardonada con el Nobel) y desarrollase lo<br />

que aún hoy es el principal mecanismo de subv<strong>en</strong>ción de la investigación<br />

francesa, el CNRS, C<strong>en</strong>tre National de la Recherche Sci<strong>en</strong>tifique. En realidad,<br />

cada vez resultaba más evid<strong>en</strong>te, por lo m<strong>en</strong>os para los ci<strong>en</strong>tíficos, que<br />

la investigación no sólo necesitaba fondos públicos, sino también una organización<br />

pública. Los servicios ci<strong>en</strong>tíficos <strong>del</strong> gobierno británico, que <strong>en</strong> 1930<br />

empleaban <strong>en</strong> su conjunto a un total de 743 ci<strong>en</strong>tíficos, eran insufici<strong>en</strong>tes<br />

(treinta años después daban empleo a más de 7.000) (Bernal, 1967, p. 931).<br />

La etapa de la ci<strong>en</strong>cia politizada alcanzó su punto álgido <strong>en</strong> la segunda<br />

guerra mundial, el primer conflicto (desde la era jacobina, durante la revolución<br />

francesa) <strong>en</strong> que los ci<strong>en</strong>tíficos fueron movilizados de forma sistemática<br />

y c<strong>en</strong>tralizada con fines militares, con mayor eficacia, probablem<strong>en</strong>te, por<br />

parte de los aliados que por parte de Alemania, Italia y Japón, porque los aliados<br />

no pret<strong>en</strong>dían ganar la guerra rápidam<strong>en</strong>te con los métodos y los recursos<br />

de que disponían <strong>en</strong> aquel mom<strong>en</strong>to (véase el capítulo I).<br />

Trágicam<strong>en</strong>te, la guerra atómica resultó ser hija <strong>del</strong> antifascismo. Una<br />

simple guerra <strong>en</strong>tre estados-nación no hubiera movido a la flor y nata de los<br />

físicos nucleares, gran parte de ellos refugiados o exiliados <strong>del</strong> fascismo, a<br />

incitar a los gobiernos británico y estadounid<strong>en</strong>se a que construyeran la bomba<br />

atómica. Y el mismo horror de estos ci<strong>en</strong>tíficos cuando la lograron, sus<br />

esfuerzos de última hora para evitar que los políticos y militares la usas<strong>en</strong>, y<br />

su posterior resist<strong>en</strong>cia a la construcción de la bomba de hidróg<strong>en</strong>o, muestran<br />

la fuerza de las pasiones políticas. En realidad, el apoyo que las campañas<br />

antinucleares impulsadas tras la segunda guerra mundial <strong>en</strong>contraron <strong>en</strong>tre la<br />

14. El término apareció por primera vez <strong>en</strong> 1936 <strong>en</strong> Francia (Guerlac. 1951. pp. 93-94).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!