14.01.2015 Views

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

82 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES<br />

c<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> Moscú. El marxismo, restablecido por la revolución de octubre<br />

como la ideología <strong>del</strong> cambio revolucionario, se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día ahora como el marxismo<br />

<strong>del</strong> Instituto Marx-Engels-L<strong>en</strong>in de Moscú, que había pasado a ser el<br />

c<strong>en</strong>tro mundial de difusión de los grandes textos clásicos. Nadie más prometía<br />

interpretar y transformar el mundo, ni parecía mejor preparado para conseguirlo.<br />

Esa situación prevalecería hasta 1956, cuando la desintegración de<br />

la ortodoxia estalinista <strong>en</strong> la URSS y <strong>del</strong> movimi<strong>en</strong>to comunista internacional<br />

hicieron aparecer <strong>en</strong> primer plano a los p<strong>en</strong>sadores, tradiciones y organizaciones<br />

de la heterodoxia izquierdista, marginados hasta <strong>en</strong>tonces. Pese a<br />

todo, siguieron vivi<strong>en</strong>do bajo la gigantesca sombra de la revolución de octubre.<br />

Aunque cualquiera que t<strong>en</strong>ga el más mínimo conocimi<strong>en</strong>to de la historia<br />

de las ideas puede reconocer el espíritu de Bakunin, o incluso de Nechaev,<br />

más que el de Marx, <strong>en</strong> los estudiantes radicales de 1968 y de los años posteriores,<br />

ello no quiere decir que se registrara un r<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to importante de<br />

la teoría y de los movimi<strong>en</strong>tos anarquistas. Por el contrario, 1968 despertó<br />

una <strong>en</strong>orme atracción intelectual hacia la teoría marxista —g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

versiones que habrían sorpr<strong>en</strong>dido a Marx— y hacia una gran variedad de sectas<br />

y grupos «marxistas-l<strong>en</strong>inistas», unidos por el rechazo de Moscú y de los<br />

viejos partidos comunistas, por considerarlos insufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te revolucionarios<br />

y poco l<strong>en</strong>inistas.<br />

Paradójicam<strong>en</strong>te, esa conquista casi total de la tradición revolucionaria<br />

social se produjo <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que la Comintern había abandonado por<br />

completo las estrategias revolucionarias originales de 1917-1923 o, más bi<strong>en</strong>,<br />

adoptaba estrategias totalm<strong>en</strong>te distintas de las de 1917 para conseguir el acceso<br />

al poder (véase el capítulo V). A partir de 1935, <strong>en</strong> la literatura de la<br />

izquierda crítica abundarían las acusaciones de que los movimi<strong>en</strong>tos de Moscú<br />

descuidaban, rechazaban o incluso traicionaban las oportunidades de promover<br />

la revolución, porque Moscú ya no la deseaba. Estos argum<strong>en</strong>tos ap<strong>en</strong>as<br />

tuvieron fuerza hasta que el movimi<strong>en</strong>to soviético «monolítico» com<strong>en</strong>zó a<br />

agrietarse. Mi<strong>en</strong>tras el movimi<strong>en</strong>to comunista conservó su unidad, su cohesión<br />

y su inmunidad a las escisiones, fue la única fuerza real para la mayor<br />

parte de los que creían <strong>en</strong> la necesidad de una revolución mundial. ¿Quién<br />

podía negar, además, que los países que rompieron con el capitalismo <strong>en</strong> la<br />

segunda gran oleada de la revolución social universal, <strong>en</strong>tre 1944 y 1949, lo<br />

hicieron bajo los auspicios de los partidos comunistas ortodoxos de ori<strong>en</strong>tación<br />

soviética Sólo a partir de 1956 tuvieron los revolucionarios la posibilidad<br />

de elegir <strong>en</strong>tre varios movimi<strong>en</strong>tos eficaces desde el punto de vista político<br />

o insurreccional. Pero todos ellos —diversas ramas <strong>del</strong> trotskismo, el<br />

maoísmo y grupos inspirados por la revolución cubana de 1959 (véase el capítulo<br />

XV)— eran de inspiración más o m<strong>en</strong>os l<strong>en</strong>inista. Los viejos partidos<br />

comunistas continuaban si<strong>en</strong>do, con mucho, los grupos más numerosos de la<br />

extrema izquierda, pero para <strong>en</strong>tonces el viejo movimi<strong>en</strong>to comunista había<br />

perdido su fuerza interior.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!