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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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EL TERCER MUNDO Y LA REVOLUCIÓN 4 5 5<br />

«barbarización» de los tres mundos, añadida a la contaminación por la viol<strong>en</strong>cia<br />

g<strong>en</strong>eralizada y la inseguridad de la atmósfera que la población urbana<br />

de final <strong>del</strong> mil<strong>en</strong>io apr<strong>en</strong>dió a respirar. Aunque su aportación a la causa de<br />

la revolución política fue escasa.<br />

Todo lo contrario de la facilidad con que millones de personas se lanzaban<br />

a la calle, como lo demostró la revolución iraní. O la forma <strong>en</strong> que, diez<br />

años después, los ciudadanos de la República Democrática Alemana, espontáneam<strong>en</strong>te,<br />

aunque estimulados por la decisión húngara de abrir sus fronteras,<br />

optaron por votar con sus pies (y sus coches) contra el régim<strong>en</strong>, emigrando<br />

a la Alemania Occid<strong>en</strong>tal. En m<strong>en</strong>os de dos meses lo habían hecho<br />

unos 130.000 alemanes (Umbruch, 1990, pp. 7-10), antes de que cayera el<br />

muro de Berlín. O, como <strong>en</strong> Rumania, donde la televisión captó, por vez<br />

primera, el mom<strong>en</strong>to de la revolución <strong>en</strong> el rostro desmoralizado <strong>del</strong> dictador<br />

cuando la multitud convocada por el régim<strong>en</strong> com<strong>en</strong>zó a abuchearle <strong>en</strong><br />

lugar de vitorearle. O <strong>en</strong> las partes de la Palestina ocupada, cuando el movimi<strong>en</strong>to<br />

de masas de la intifada, que com<strong>en</strong>zó <strong>en</strong> 1987, demostró que a partir<br />

de <strong>en</strong>tonces sólo la represión activa, y no la pasividad o la aceptación tácita,<br />

mant<strong>en</strong>ía la ocupación israelí. Fuera lo que fuese lo que estimulaba a las<br />

masas inertes a la acción (medios de comunicación modernos como la televisión<br />

y las cintas magnetofónicas hacían difícil mant<strong>en</strong>er aislados de los<br />

acontecimi<strong>en</strong>tos mundiales incluso a los habitantes de las zonas más remotas)<br />

era la facilidad con que las masas salían a la calle lo que decidió las<br />

cuestiones.<br />

Estas acciones de masas no derrocaron ni podían derrocar regím<strong>en</strong>es por<br />

sí mismas. Podían incluso ser cont<strong>en</strong>idas por la coerción y por las armas,<br />

como lo fue la gran movilización por la democracia <strong>en</strong> China, <strong>en</strong> 1989, con<br />

la matanza de la plaza de Tiananm<strong>en</strong> <strong>en</strong> Pekín. (Pese a sus grandes dim<strong>en</strong>siones,<br />

este movimi<strong>en</strong>to urbano y estudiantil repres<strong>en</strong>taba sólo a una modesta<br />

minoría <strong>en</strong> China y, aun así, fue lo bastante grande como para provocar<br />

serias dudas <strong>en</strong> el régim<strong>en</strong>.) Lo que esta movilización de masas consiguió<br />

fue demostrar la pérdida de legitimidad <strong>del</strong> régim<strong>en</strong>. En Irán, al igual que <strong>en</strong><br />

Petrogrado <strong>en</strong> 1917, la pérdida de legitimidad se demostró <strong>del</strong> modo más clásico<br />

con el rechazo a obedecer las órd<strong>en</strong>es por parte <strong>del</strong> ejército y la policía.<br />

En la Europa ori<strong>en</strong>tal, conv<strong>en</strong>ció a los viejos regím<strong>en</strong>es, desmoralizados ya<br />

por la retirada de la ayuda soviética, de que su tiempo se había acabado. Era<br />

una demostración de manual de la máxima l<strong>en</strong>inista según la cual el voto de<br />

los ciudadanos con los pies podía ser más eficaz que el depositado <strong>en</strong> las<br />

elecciones. Claro que el simple estrépito de los pies de las masas ciudadanas<br />

no podía, por sí mismo, hacer revoluciones. No eran ejércitos, sino multitudes,<br />

o sea, agregados estadísticos de individuos. Para ser eficaces necesitaban<br />

líderes, estructuras políticas o programas. Lo que las movilizó <strong>en</strong> Irán<br />

fue una campaña de protesta política realizada por adversarios <strong>del</strong> régim<strong>en</strong>;<br />

pero lo que convirtió esa campaña <strong>en</strong> una revolución fue la prontitud con que<br />

millones de personas se sumaron a ella. Otros ejemplos anteriores de estas<br />

interv<strong>en</strong>ciones directas de las masas respondían a una llamada política desde

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