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Historia del Siglo XX - Biblioteca Virtual en Salud

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2 08 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES<br />

ración <strong>del</strong> tercer mundo. Todos los países, con indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de su riqueza y<br />

de sus características económicas, culturales y políticas, se vieron arrastrados<br />

hacia el mercado mundial cuando <strong>en</strong>traron <strong>en</strong> contacto con las pot<strong>en</strong>cias <strong>del</strong><br />

Atlántico norte, salvo <strong>en</strong> los casos <strong>en</strong> que los hombres de negocios y los<br />

gobiernos occid<strong>en</strong>tales los consideraron car<strong>en</strong>tes de interés económico, aunque<br />

pintorescos, como les sucedió a los beduinos de los grandes desiertos<br />

antes de que se descubriera la exist<strong>en</strong>cia de petróleo o gas natural <strong>en</strong> su<br />

inhóspito territorio. La posición que se les reservaba <strong>en</strong> el mercado mundial<br />

era la de suministradores de productos primarios —las materias primas para<br />

la industria y la <strong>en</strong>ergía, y los productos agrícolas y ganaderos— y la de<br />

destinatarios de las inversiones, principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> forma de préstamos a<br />

los gobiernos, o <strong>en</strong> las infraestructuras <strong>del</strong> transporte, las comunicaciones<br />

o los equipami<strong>en</strong>tos urbanos, sin las cuales no se podían explotar con eficacia<br />

los recursos de los países dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. En 1913, más de las tres cuartas<br />

partes de las inversiones británicas <strong>en</strong> los países de ultramar —los británicos<br />

exportaban más capital que el resto <strong>del</strong> mundo junto— estaban conc<strong>en</strong>tradas<br />

<strong>en</strong> deuda pública, ferrocarriles, puertos y navegación (Brown, 1963,<br />

p. 153).<br />

La industrialización <strong>del</strong> mundo dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te no figuraba <strong>en</strong> los planes de<br />

los desarrollados, ni siquiera <strong>en</strong> países como los <strong>del</strong> cono sur de América<br />

Latina, donde parecía lógico transformar productos alim<strong>en</strong>tarios locales como<br />

la carne, que podía <strong>en</strong>vasarse para que fuera más fácilm<strong>en</strong>te transportada.<br />

Después de todo, <strong>en</strong>latar sardinas y embotellar vino de Oporto no habían servido<br />

para industrializar Portugal, y tampoco era eso lo que se pret<strong>en</strong>día. De<br />

hecho, <strong>en</strong> el esquema de la mayoría de los estados y empresarios de los países<br />

<strong>del</strong> norte, al mundo dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te le correspondía pagar las manufacturas que<br />

importaba mediante la v<strong>en</strong>ta de sus productos primarios. Tal había sido el<br />

principio <strong>en</strong> que se había basado el funcionami<strong>en</strong>to de la economía mundial<br />

dominada por Gran Bretaña <strong>en</strong> el período anterior a 1914 {La era <strong>del</strong><br />

imperio, capítulo 2) aunque, excepto <strong>en</strong> el caso de los países <strong>del</strong> llamado<br />

«capitalismo colonizador», el mundo dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te no era un mercado r<strong>en</strong>table<br />

para la exportación de productos manufacturados. Los 300 millones de<br />

habitantes <strong>del</strong> subcontin<strong>en</strong>te indio y los 400 millones de chinos eran demasiado<br />

pobres y dep<strong>en</strong>dían demasiado <strong>del</strong> aprovisionami<strong>en</strong>to local de sus<br />

necesidades como para poder comprar productos fuera. Por fortuna para los<br />

británicos <strong>en</strong> el período de su hegemonía económica la pequeña capacidad de<br />

demanda individual de sus 700 millones de dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes sumaba la riqueza<br />

sufici<strong>en</strong>te para mant<strong>en</strong>er <strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to la industria algodonera <strong>del</strong> Lancashire.<br />

Su interés, como el de todos los productores de los países <strong>del</strong> norte,<br />

era que el mercado de las colonias dep<strong>en</strong>diera completam<strong>en</strong>te de lo que ellos<br />

fabricaban, es decir, que se ruralizaran.<br />

Fuera o no este su objetivo, no podrían conseguirlo, <strong>en</strong> parte porque los<br />

mercados locales que se crearon como consecu<strong>en</strong>cia de la absorción de las<br />

economías por un mercado mundial estimularon la producción local de bi<strong>en</strong>es<br />

de consumo que resultaban más baratos, y <strong>en</strong> parte porque muchas de

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