La sordoceguera - APSA

ellas:
*Fruto de una psicopedagogía aplicada.
*Conceptualización por su relación con trastornos o dificultades de aprendizaje.
*Gran importancia a los sistemas instrumentales empleados.
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
*Identificación posible con psicodiagnóstico, aunque debe existir un cierto equilibrio de
interacción entre aspectos psicológicos y educativos.
*Insistencia en la corrección, antes de la prevención o el desarrollo.
*Poca relevancia a encuadres conceptuales de referencia.
*Consideración del diagnóstico como parte integrante de la intervención educativa,
estando al servicio de los objetivos de la institución escolar. No supone una parte esencial del
proceso educativo, sino algo accidental.
*Inclusión de la intervención como una fase más dentro del diagnóstico.
*Nula operatividad metodológica e investigadora. Se suele omitir con frecuencia
variables diagnósticas como estilos cognitivos, climas de clase, interacción entre iguales,
potencial de aprendizaje, ... que pueden aportar óptimas alternativas al diagnóstico actual.
En el ámbito de la Educación Especial, el diagnóstico psicoeducativo, cuyo peso en la toma
de decisiones ha sido innegable, también ha estado unido a un modelo, como pusieron de manifiesto
Robinson y Robinson en 1976 o Lambert en 1978, médico y/o etiopatogénico. Su impacto es fácil
de determinar, ya que se realizaba mediante indicadores educativos (Reynolds y Balow, 1972), es
decir, variables médicas y psicológicas consideradas bajo la formulación de los distintos
profesionales. El procedimiento de trabajo era muy lógico y sencillo: todo el proceso se basaba en
el diagnóstico, la explicitación de la consiguiente terapia, y su aplicación curativa en el enfermo.
Por otra parte, es preciso hacer expresa mención a los enfoques situacionales y no-genéricos.
Es complejo mantener una plena estabilidad en rasgos o dimensiones de la personalidad, más bien
es el contexto, el que condiciona el grado o nivel de respuesta a los estímulos; como bien puso de
relieve Pérez Juste (1979) en el comportamiento humano, o Fernández Ballesteros (1983) al hablar
de evaluación conductual y su medida relativa en referencia a la adaptación social. La crítica -desde
nuestra óptica- a los fines de un diagnóstico médico como investigación etiológica, establecimiento
de un pronóstico y ajuste de terapia, surge en que la planificación de la intervención no consiste en
focalizar todo el esfuerzo sobre la casuística de las dificultades. Dicho dato no aporta excesiva luz en
este nivel de trabajo, lo verdaderamente importante es el modo de aprendizaje que conserva el
sujeto sordociego como consecuencia de esa dificultad manifestada.
La intervención psicoeducativa, aunque bajo un prisma positivista, no “cura” problemas.
Cualquier maestro de niños sordociegos debe centrarse en los aprendizajes de sus alumnos, no
meramente en predecirlos; debe partir de una situación de aprendizaje concreto, donde se establecen
el conjunto de indicadores, donde además confluyen diferentes sistemas facilitadores de aprendizaje,
tanto a nivel del propio sujeto como del centro escolar o de los contextos sociales donde esté
ubicado. No en vano, fue a partir de los años 70 cuando tuvo lugar una remodelación bastante
significativa en cuanto a la finalidad y proceso de diagnóstico. Siguiendo a Fink y Friend (1989)
podemos destacar dos apartados específicos:
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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.
a) El núcleo de trabajo se desplaza, traspasando posturas meramente identificadoras,
estimativas, y evaluadoras de potencialidades y limitaciones del alumno, para llegar a controlar las
posibilidades y deficiencias del contexto familiar, escolar y social. Conducta y cambios de la misma
no cobran relevancia plena sin referencia a contextos, situaciones y sistemas de los cuales las
personas -los anees sordociegos- son miembros (Glenwick y Jason, 1984).
b) El proceso adquiere tintes dinámicos, continuos e interactivos, ya que la toma de
decisiones, la planificación, las estrategias de enseñanza, el profesor, el alumno, los materiales
didácticos, el proyecto educativo de Centro, la institución de pertenencia, la evaluación, la
modificación de propuestas, el seguimiento de programas, etc. exigen incluir numerosas variables
como pilares a tener en cuenta en la determinación diagnóstica.
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