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La sordoceguera - APSA

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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.<br />

III.- AREAS DE TRABAJO Y ESTRATEGIAS<br />

METODOLóGICAS:<br />

1. Algunas notas sobre su sentido, contenido y<br />

problemática en el trabajo con la población sordociega.<br />

Como ya hemos comentado más extensamente en el capítulo primero dedicado al marco<br />

contextualizador n.e.e., es necesario partir de la finalidad intrínseca en cuanto al concepto más<br />

profundo de “educación” como mecanismo posibilitador de desarrollo integral. Un<br />

eficaz sistema colaborador en el crecimiento del individuo como persona en franca interacción con el<br />

entorno donde se desenvuelve ordinariamente, es decir como proceso armónico de adaptación.<br />

<strong>La</strong> educación integral se constituye en el gran bastión educativo del área de la <strong>sordoceguera</strong>.<br />

Una “necesidad” que permita al niño sordociego realizar, de acuerdo a sus capacidades, su propio<br />

proyecto personal de vida. Es decir, favorecer, posibilitar y orientar el progreso en todos sus<br />

ámbitos susceptibles de mejora. Esto es, sectores indemnes que merecen perfeccionarse, sin perder<br />

de vista su caracter unitario como persona. <strong>La</strong> integralidad es algo más que la mera preocupación<br />

por las diversas facetas en que queda constituido un “acto educativo”.<br />

Mantenemos parámetros personalistas apuntados por Rogers, Mounier, o García-Hoz, en el<br />

sentido de que cualquier intervención en el área de la <strong>sordoceguera</strong> supone considerar unitaria,<br />

armónica y equilibradamente a la persona sordociega, donde todas las actividades educativas tienen<br />

su razón de ser, y están orientadas hacia una meta final: capacitar al alumno sordociego para la vida<br />

y “para la plenitud de vida” como afirma Dueñas (1994).<br />

El niño sordociego logra adquirir la plenitud de vida que da sentido a su existencia, en la<br />

experiencia compartida de las cosas, en el desafío que éstas le lanzan, en el esfuerzo que realiza para<br />

llevar a cabo una tarea, en el sentimiento de significar algo para otros, en la confianza de que puede<br />

apoyarse en los demás, en el sentimiento de verse aceptado en el contexto que le rodea (Bach, 1981).<br />

Y podríamos añadirle muchas otras aventuras humanas, enlazadas por el nudo de la comunicación,<br />

sin la cual es imposible aprender a convivir como decía un viejo maestro extremeño de niños<br />

sordos, que es comunicarse con las personas y por supuesto a trabajar que es comunicarse con las<br />

cosas.<br />

<strong>La</strong> capacitación para ser un miembro útil en la vida ordinaria, y dentro del colectivo de<br />

personas sordociegas, no nace espontáneamente, ni como realización inevitable de logro interior,<br />

sino como resultado de “un proceso de ayuda”, como apuntaba Repetto Talavera (1988), de caracter<br />

interactivo, y orientado a la capacitación del sujeto para la comprensión de sí mismo y de su<br />

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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.<br />

entorno. Bender y Vallenuti afirmaban que “los educadores enriquecen la vida de sus alumnos y les<br />

facilitan la asimilación de aquellos conocimientos y habilidades que les ayudarán a conseguir<br />

interdependencia e independencia” (1981, p. 22).<br />

Así pues preparar a un anee sordociego para la vida significa que la actuación educativa<br />

debe dirigirse a todas las áreas deficitarias, o mejor dicho, de lento desarrollo como es la<br />

autonomía, capacitación sensorial, perceptiva y psicomotora, comunicación y lenguaje, conductas<br />

morales y sociales, materias instrumentales, sexualidad, ...<br />

Cada área particular de trabajo debe concebirse de forma concéntrica y progresiva en la<br />

secuenciación de tareas. Al subdividirse en subáreas de dificultad creciente, cada una de ellas<br />

posibilita el arranque de la siguiente como prerrequisito; tal planteamiento mantiene muchos puntos<br />

de encuentro con los denominados Centros de Interés de Decroly, especialmente utilizados en<br />

niveles de infantil por la estructura organizativa de los mismos: cada subárea y dentro de ésta cada<br />

item forman un continuo básico de prolongación sistemática en el proceso de enseñanza-aprendizaje.<br />

El niño sordociego debe llegar a adquirir una serie de conductas base indispensables para<br />

cualquier aprendizaje posterior de rango superior en complejidad. También llamadas prerrequisitos<br />

debido a que son considerados imprescindibles para su integración social. Una de estas áreas la<br />

constituye el apartado de habilidades básicas para la vida diaria, es decir aquellas generadoras de<br />

autonomía personal. El objetivo de las actividades y tareas dirigidas hacia la adquisición de dichas

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