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La sordoceguera - APSA

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fracaso el escaso interés indemne bajará al máximo con lo cual el circuíto se repite,<br />

retroalimentándose mediante un proceso endémico de autoreforzamiento.<br />

Del mismo modo, otra alumna que se perciba como marginada, aislada y rechazada por sus<br />

compañeros, no se comportará con ellos, lógicamente, de forma amistosa, afable, abierta,...con lo<br />

cual tampoco sus compañeros serán cordiales con ella y cada vez más tal interacción negativa<br />

coadyuga para fomentar que “Ana” (Caso IV) se vaya marginando poco a poco, aún más de su<br />

grupo de origen, de su comunidad de aprendizaje. Se conforma, de esta manera un proceso cíclico de<br />

“bola de nieve” al agravarse las originarias causas y distanciarse cada vez de una posible solución<br />

racional que implique un acercamiento o ciertas concesiones por sendas partes interactúantes.<br />

Ante esta “cuasidisección”, parece razonable pensar que si modificamos el autoconcepto de<br />

una persona sordociega, especialmente si se trata de un niño o adolescente con <strong>sordoceguera</strong><br />

adquirida, tal evento positivo obtendrá repercusiones encomiables en su posterior conducta de cara a<br />

conseguir comportamientos más ajustados al fin propuesto en un principio. Investigaciones, en<br />

este sentido, han proporcionado diversas vías para lograr dicha modificación:<br />

1.Cambiando las expectativas de padres, maestros, y compañeros con respecto al<br />

rendimiento del anee sordociego.<br />

2.Mediante técnicas de asesoramiento y dinámica grupal.<br />

3.Facilitando experiencias de éxito en circunstancias críticas.<br />

4.Proporcionando modelos apropiados.<br />

Ningún camino es necesariamente eficaz, dependerá de las circunstancias y del sujeto<br />

sordociego; como siempre decimos, depende del niño y el entorno que le rodea, parafraseando a<br />

Ortega y Gasset. Para un maestro quizá lo más apropiado es valerse de todos los medios, en pos de<br />

ese pretendido eclécticismo optimizador para lograr actualizar las máximas capacidades de cada<br />

discente. Recurrir a cualquier ayuda tanto de los propios padres, compañeros del alumno, de un<br />

compañero sordociego, de un sistema monitorial, de otros profesores del centro, acudir a otros<br />

profesionales,... Expresar con más claridad sus propias expectativas positivas hacia ese alumno.<br />

Reforzarle públicamente. Diseñar variadas actividades para dar oportunidades a cada alumno. En<br />

definitiva, integrar a todos los alumnos en el grupo, incluidos los sordociegos por supuesto.<br />

Formar de la clase un todo diverso, una comunidad viva, con iniciativa propia donde la tolerancia,<br />

- 508 -<br />

LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.<br />

el respeto y la cooperación ganen el partido a la segregación, elitismo egoista y competitividad.<br />

Como conclusión nos interesa resaltar la evidencia de que el comportamiento y el<br />

rendimiento de un discente no viene determinado tan sólo por su mayor o menor inteligencia o<br />

aptitudes, como se tiende a creer. Están presentes en esas “potencialidades”, como diría Aristóteles,<br />

una amplia gama de factores psicosociológicos, uno de los cuales es el autoconcepto. No<br />

olvidemos que el niño sordociego es también una unidad bio-psico-social como afiram el Dr.<br />

Florencio Vicente. El comportamiento de los alumnos, por tanto, puede modificarse incidiendo en<br />

esas variables biopsicosociológicas. En determinadas circunstancias ese camino es el más eficaz, y,<br />

en todo caso, son unas variables a considerar, junto con otras, para explicar y modificar todo el<br />

comportamiento aplicado y producido singularmente durante el proceso educativo, ya que afecta<br />

tanto a nuestro comportamiento en cuanto a maestro como a su comportamiento en tanto en cuanto<br />

a alumno, y de semejante forma también es extensible a la especie humana.<br />

* Autoconcepto, éxito y fracaso:<br />

Muchos alumnos sordociegos tienen un pobre concepto de sí mismos; están angustiados por<br />

el miedo a fracasar en sus realizaciones. Este bajo nivel de autoconfianza incide muy negativamente<br />

en el rendimiento escolar y en la conducta en general.<br />

Según las teorías cognitivas de la motivación, la forma como una persona concibe lo que le<br />

va a suceder es un factor muy importante para explicar lo que realmente acontece. En este apartado<br />

vamos a comentar algunos aspectos de la teoría del logro y de atribución, que consideramos de gran<br />

interés para el maestro. 184<br />

J. W. Atkinson (1975), basándose en trabajos anteriores de D. McClelland, y coincidiendo<br />

con otros investigadores como Ball, S (1977); Brown, R. (1974); Gimeno Sacristán, J. (1976);<br />

Wasna, M (1974); o Weiner, B (En Journal of educational psycology, nº 71), formuló una teoría<br />

global sobre la conducta de logro. Pretende explicar el comportamiento de las personas en función<br />

de cuando se las evalúa -califica-, y por tanto, dicha actuación es percibida positiva o

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