La sordoceguera - APSA

familiar en el campo de la sordoceguera, comentaremos que todavía es preciso delimitar aspectos
como:
*las posibilidades de intervención de los padres.
*los derechos del colectivo a recibir una educación más profesionalizada y de servicios
gratuitos especializados.
*los aspectos psicoeducativos concretos en los que puede existir un amplio margen de
colaboración.
Uno de los momentos más conflictivos y delicados de la participación familiar se suele
elicitar en la denominada fase de valoración del anee, ya que se finaliza con la discutida propuesta
de escolarización para ese alumno concreto sordociego. En la mencionada decisión convergen,
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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.
utilizando palabras de Marchesi y Martí (1991), un cúmulo de diferentes valoraciones:
a. La opinión del equipo psicopedagógico general, o específico de sordos o de ciegos sobre
cuál es el entorno educativo más adecuado para el alumno sordociego: integrada o específico (ciegos,
retrasados o sordos).
b. Los recursos disponibles en los centros del sector e incluso de la Comunidad para ofertar
una respuesta satisfactoria en materia de sordoceguera, cuya educación es muy específica.
c. Los deseos y expectativas de los padres en relación con la educación de su hijo sordociego.
Para terminar este apartado, queremos subrayar la relevancia que cobra la participación
familiar en el proceso psicoeducativo de su hijo sordociego. Además de repercutir positivamente
sobre el niño, conserva grandes ventajas para los propios padres, en el sentido prioritario de
constituirse como protagonistas educativos de la vida de su hijo sordociego. ¿Cómo?
*sitiéndose útiles frente al niño sordociego.
*capaces de afrontar conjuntamente el déficit.
*saberse competentes y eficaces en la solución de problemas cotidianos.
*mantenar un sistema de apoyo constante y colaborador con los profesionales.
En definitiva, los padres también pueden colaborar en la institución educativa, reforzando los
aprendizajes en sus hogares, coordinando con el profesional de turno las pautas a seguir en casa y en
el colegio, tanto para la adquisición como para la eliminación de ciertas conductas. Dicha
colaboración se verá sensiblemente reforzada si permitimos a la familia contribuir en la
organización de actividades para los anees. Hay trabajos de investigación, como es el caso del
Programa Conductual Educacional (PCE) que además de permitir articular la siempre difícil tarea de
la participación familiar, apoyan, refuerzan y estimulan al alumno integrado.193
Hemos constatado, por último, que una colaboración participativa en dichos programas
psicoeducativos a realizar con alumnos sordociegos, además de apoyar el proceso de integración,
repercuten de forma beneficiosa sobre el niño, e inciden notoriamente en un mayor progreso global
en relación a una serie de variables como: discriminación táctil, desarrollo comunicativo por medio
de SAC, orientación y movilidad, escritura en Braille, etc.
193El PEC fue realizado con la ayuda de los padres de niños integrados.
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
B. Orientaciones referenciales para
“padres” de niños sordociegos.
Hablar de responsabilidad, tolerancia, respeto, gusto por lo bien hecho, trabajo,... y muchos
conceptos más, es empezar a plantearnos la importancia de la educación en valores.
Valores, positivos, que contribuyen a reafirmar desde la infancia el desarrollo integral del individuo.
Actualmente, podemos ser testigos de la falta o al menos poco interés con que se abordan
ciertos temas. El desarrollo de capacidades tan importante como las correspondientes a
“descubrimiento” compartido padres-hijos, y sobre todo si éstos son sordociegos, se van perdiendo;
por el contrario, aparecen cada vez más pujantemente problemas de índole familiar que trascienden
muy directamente a los más pequeños, ya que a la postre son los más indefensos. En compensación
y como solución omnipotente se les colma con multitud de objetos materiales, cuando lo que
necesitan fundamentalmente no son cosas sino personas.
Los niños sordociegos necesitan una persona, más que otro niño. Personas que demuestren