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La sordoceguera - APSA

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adecuaciones curriculares en intensidad, y ayuda extra de resursos humanos especializados.<br />

* Sujetos con dificultades de aprendizajes globales y significativas.<br />

Necesitarían programas diversificados curricularmente, dando especial importancia al componente<br />

lingüístico (déficits que arrancan del manejo y procesamiento de información).<br />

* Sujetos con dificultades emocionales y de conducta. Son alumnos que<br />

manifiestan alteraciones escolares en muchos aspectos simultáneamente y demandan gran cantidad<br />

de todo tipo de “ayudas intra y/o extraescolares” por su problemática comportamental que redunda<br />

en el desarrollo de toda su personalidad.<br />

Asistimos, sin duda, a un proceso de labelingh eminentemente dinámico de cara a las<br />

necesidades educativas especiales. En nuestra opinión, el paradigma transaccional aporta una nueva<br />

perspectiva en cuanto que las dificultades no descansan con exclusividad en el individuo. Muchas<br />

veces las causas de las mismas son generadas a partir del contexto educativo. <strong>La</strong> institución escolar<br />

produce el propio fracaso escolar de sus usuarios, un informe realizado en Escocia y recogido por<br />

Progress Report así lo atestigua. Este estudio puso de manifiesto que la interacción de los alumnos<br />

con el entorno escolar propicia una serie de etiquetajes en función de las necesidades educativas que<br />

estos presenten. ¿Cómo?. De nuevo, aparece la necesidad de organización, y por tanto de<br />

clasificación operativa. Problemas, dificultades o alteraciones ubicadas o causadas en:<br />

* Dominio de las capacidades (procesos cognitivos) básicas, es decir, materias<br />

instrumentales como la lengua (lectoescritura) y cálculo.<br />

* Formación de conceptos y procesos cognitivos superiores.<br />

* Capacidad lectora superior, o sea por encima de las primeras etapas de decodificación de<br />

textos.<br />

* Manejo y nosología del lenguaje académico.<br />

* Metodología: ajuste al ritmo individual, al input formativo, a la gradación de progreso, al<br />

tiempo real de trabajo, de repaso, de discusión auténtica profesor-alumno.<br />

* Dominio de las técnicas de estudio.<br />

* Absentismo escolar, cambios de profesor, o falta de profesor y especialización del mismo.<br />

* Acumulación de trabajo excesivo, sobrecarga escolar, expectativas altas por encima de la<br />

madurez y posibilidades del alumno.<br />

* Desconexión de los aprendizaje escolares y la vida real.<br />

* Problemas de bilingüísmo.<br />

“De modo que este discurso de necesidad conforma la práctica y es central en el discurso<br />

profesional actual que debe afrontar la definición de necesidad, la adjudicación de recursos y la<br />

discusión con los “necesitados” sobre las discrepancias que surgen cotidianamente en este proceso.”<br />

- 69 -<br />

J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.<br />

(Fortes, 1994). Esto es, el concepto de ”ayuda” esta recogido implícitamente como<br />

sinónimo de “dependencia” social, en definitiva estatal. Este enfoque se presenta a la comunidad<br />

a través de leyes específicas de integración social, escolar, ... y del sector profesional científico en<br />

los respectivos países. Su propuesta es de la igualdad como derecho y de exigencia ante el poder<br />

público.<br />

<strong>La</strong> cuestión esencial, siguiendo a Fortes, contempla si estamos acertando con la mencionada<br />

estrategia para un estado de progreso y bienestar. Reivindicar la diferencia como necesidad y, por<br />

tanto plasmar ese derecho con una legislación específica, ¿no conservará ciertas connotaciones<br />

segregadoras?. Barton (1988) ha criticado de la misma forma esta postura, puesto que se identifica<br />

las necesidades educativas especiales como un asunto profesional, específico y patológico, no<br />

eliminando el énfasis individualista como destacaban algunos autores: Galloway en 1989 o<br />

Tomlinson en 1982, y por otra parte, a mantener su culto a lo corporal con el propio término<br />

necesidades, “trata de eludir cuestiones de poder, de relaciones de poder y conflicto.” (Booth,<br />

1988).<br />

Al mismo tiempo, la noción de necesidades prolonga en la lucha, como consecuencia de la<br />

expansión de la Educación Especial, de ciertos grupos o escuelas profesionales para alcanzar más<br />

protagonismo en el asunto del propio poder en reformas políticas educativas. En nuestro país,<br />

por ejemplo, hemos asistido a las presentaciones por parte del MEC de algunas propuestas de<br />

clasificación de las n.e.e. contextualizando la nuevas Leyes Generales reguladoras del sistema<br />

educativo español. Estos hechos paradógicos plantean que las n.e.e son, además, “categorías

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