La sordoceguera - APSA

*Introducir las etapas al anee sordociego, es decir, presentarlas.
*Registrar esas respuestas generadas en cada caso por el alumno.
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
*Valorar el nivel de realizaciones alcanzado con referencia al índice de criterios
prefijados.
*Evaluar la validez de la jerarquización propuesta en cuanto a los pasos presentados,
susceptibles de modificarlos si fuera preciso.
Comentaremos, para finalizar este subapartado, dos ejemplos típicos de pruebas con
referencia a criterios diseñados desde un punto de vista n.e.e. y que pueden ilustrar dicho
planteamiento de trabajo:
*El West Virginia (Cone, 1981)141
Este test versa sobre el comportamiento adaptativo. Sus áreas de trabajo son: sensorial,
motricidad, autonomía personal, comunicación, aprendizajes escolares y habilidades específicas. 142
Además la ejecución práctica del sistema puede realizarse desde dos perpectivas como:
a. Evaluación y registro del conjunto de áreas: Bien de una o de varias específicas, tanto
para la descripción del sujeto como para la elaboración de programas de intervención.
b. Parte del sistema de evaluación e intervención: Constituyendo la base sobre la que se
apoya un amplio programa de curricula y recursos de apoyo.
*La Guía Portage (Bluma et al. 1976)
Inicialmente fue desarrollada como un método destinado a los padres de “Portage”
(Wisconsin) según afirman Shearer y Shearer (1972). Se fundamenta en las secuencias del desarrollo
evolutivo humano.
Por tanto, su nivel de trabajo queda establecido para educación temprana, un intervalo que
abarcará desde el nacimiento hasta 6 años. De ahí, que esta prueba criterial puede orientar tanto a
profesores, o educadores, como a padres y cualquier persona que desee evaluar el comportamiento
de un niño y planear el consecuente programa educativo conduscente a la adquisición de
aquellas destrezas que aún no ejercita, o de hacerlo, todavía ejecutadas inapropiadamente.
En ese sentido, su diseño permite ser utilizada con toda clase de poblaciones infantiles, desde
niños “normales” hasta los que presentan alguna problemática específica. De fácil manejo y
comprensión; se encuentra dividida en seis secciones o áreas de trabajo: estimulación del bebé,
socialización, lenguaje, autoayuda, cognición y desarrollo motriz.
141Adaptado en España por la Universidad Autónoma de Madrid, y distribuido por MEPSA (1990).
142Está compuesto de seis áreas con sus correspondientes subáreas, 20 en total; cada una de las cuales se
compone de ocho ítems. El conjunto de dichas áreas pueden ser tomado como una unidad, o simplemente
utilizar las diversas subáreas como unidades en sí mismas.
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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.
b. Pruebas con referencia directa.
Aunque en el capítulo V, dedicado a la investigación psicoeducativa en el área de la
sordoceguera se desarrolla más extensamente no renunciamos aquí a presentar suscintamente líneas
claves para la comprensión de su contenido dentro del marco paradigmático con referencia
conductual. En esa dirección lo primero que nos planteamos es la distinción entre la observación
como método y como técnica:
1. En el primer caso, y apoyándonos en la propuesta de Boudon (1967), mantenemos el
rango suficiente como para obtener un conocimiento científico, que no pretende otro objetivo que
plasmar una conducta presente, no sólo para describirla, sino también para explicarla
convenientemente y establecer relaciones de causalidad. Puede considerarse como el método más
antiguo y más moderno de recogida de información sobre la conducta (Anguera, 1978; De Miguel,
1986).
Cualquier evento ordinario puede ser registrado mediante la observación, ya sea de forma
puntual o con un determinado seguimiento, constituyendo una muestra de conducta. Esta razón le
confiere un carácter de método, siendo un instrumento imprescindible para la evaluación conductual;
especialmente desde la década de los años 60, a partir de modelos funcionales de conducta, que
fueron avalados por autores como Kent y Foster, (1977); Wildman y Erickson, (1977); Fernández
Ballesteros, (1979); Haynes y Wilson, (1979) ... No obstante, como señala Anguera (1989), los