La sordoceguera - APSA

deterioro parcial no supone un impedimento básico, esto es, la reutilización de un SAC trata de
paliar dicha disfunción, desde los sistemas hasta los lenguajes de signos, naturales o artificiales,
ayudas ópticas, electroacústicas, Braille, dactilología, tadoma, etc,...
La elección de un SAC de comunicación asistida o no, dependerá del ajuste al caso en
concreto, teniendo en cuenta su comienzo, desarrollo, restos,... el input de un proceso evaluador
en suma. Pero nuestra experiencia psicoeducativa, la que nosotros tratamos de rememorar arranca de
un primer objetivo ¿qué evaluar en un sujeto presimbólico? y casi simultáneamente aparece la
segunda cuestión ¿cómo se realiza?. El soporte psicopedagógico ha tratado de dar respuesta a estas
cuestiones no sólo en este ejemplo sino para otros tipos de sordoceguera.
Concluímos que si la deficiencia visoauditiva se inicia antes de la adquisición lingüística,
el niño aprenderá con grandes dificultades la función del símbolo aunque sea mediante la
intermediación de un soporte signado (enfoque del movimiento). Esta primera etapa, la más larga y
compleja, y por ende la más grandiosa, ha sido el caso provocador que nos ha calado más
profundamente. Y digo provocador porque, en cambio, los niños que han aprendido el lenguaje
antes de adquirir la sordoceguera (sordoceguera no-congénita) suelen conservarlo a lo largo de su
ciclo vital y mantienen este primer beneficio a lo largo de toda su existencia. ¿Por qué? Pues,
sencillamente, mantienen un instrumento de representación y de comunicación, al menos de
recepción.
Mantienen, en realidad, el soporte u esqueleto que sustentará “su ser humano cultural,
interactivo y pensador” como decía un viejo educador de sordos extremeño, mi padre. Incluso esta
ventaja se maximiza en sujetos con una deficiencia anterior, como en el caso III y IV de síndromes
de Usher. La adquisición temprana de un SAC, un código de representación como el LSE permite la
categorización del entorno y su aprehensión inmediata.
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
Así pues, y a lo largo de todo lo relatado hasta ahora, es muy fácil comprender, el hándicap
que supondrá un deterioro añadido visual o viceversa. El simple estar en el mundo, relacionarse,
comunicarse, deambular,... por ejemplo de un adolescente Usher, adquiere una especial relevancia en
sí mismo. Y precisamente será a apartir de dicho planteo, por dónde comenzar. Hay que hacer crecer
ese mundo, hay que seguir extendiéndolo a pesar del Usher, esto es, crear su mundo de nuevo, un
mundo que antes era diferente puesto que no utilizaba el llamado tercer canal, el sistema háptico o
tacto intencional.
De todo ello se desprende lo siguiente: cualquier deterioro auditivo y visual generará graves
problemas no sólo de comunicación y de percepción de la realidad sino también en el propio
pensamiento del individuo. La interacción con el medio físico y/o humano supondrá una constante
barrera, general y extensible a cualquier persona que pertenezca a dicho colectivo. Por consiguiente,
es necesario el diseño de un programa psicoeducativo específico, que no sólo se ocupe de
compensar o mejorar los necesidades educativas especiales derivadas de dichas implicaciones, sino la
creación de un marco global de escolarización que permita su integración social;
desde una inserción laboral hasta la ampliación de la oferta educativa a otros centros, no sólo los
específicos para sujetos sordociegos, sino también en los de sordos o en los de ciegos, e incluso en
centros de integración cuando reunan una red de apoyo a través de sus D.O. completos, cuya
infraestructura cuente con servicios como los de guías-intérpretes, recursos instrumentales y
tecnológicos adaptados, formación de los profesionales de apoyo en al área específica de la
sordoceguera, al igual que preparación y sensibilización específica de los demás compañeros tutores
hacia esta patología.
Para terminar podemos asegurar que no existen concepciones totalizadoras, más bien
eclécticas y comprensivas; el principio de personalización educativa es imprescindible de aplicar
en sordoceguera. ¿Cómo? Valorando al sujeto sordociego, su familia, su entorno educativo, la oferta
general de la zona en cuanto a servicios y las posibilidades de reversibilidad en la toma de decisiones
conjuntas entre los profesionales y los padres tanto en la escolarización como a medida que se
implementa el programa psicoeducativo. Toda una estrategia flexible de acción.
La administración y demás instituciones no pueden cerrar los ojos; MEC, ONCE, Junta de
Extremadura y la propia Universidad deben concentrar sus esfuerzos cooperativamente para remediar
el caos que dicho colectivo padece. Una cogestión donde se permita participar a los propios
implicados, fomentando todo tipo de ayudas, asociacionismo, creación de empleo, y la expansión