La sordoceguera - APSA

constantes todas las variables, excepto la independiente, con objeto de obtener una afirmación del
siguiente tipo: “manteniendo todo constante, cuando X aumenta, Y también aumenta; o cuando X
aumenta, Y disminuye...”.
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
Otras veces, un experimento univariado se centra sólo en la influencia de una única
condición que puede estar presente o ausente. Tal condición es, simplemente, una variable con sólo
dos valores, uno que representa su presencia y otro su ausencia. En este caso, el diseño
experimental, utiliza dos grupos de sujetos. Uno llamado experimental, que tiene la condición de
presente, y otro denominado “grupo control” que tiene la condición de ausente. Cuando se ha de
investigar el efecto simultáneo de varias variables, se ha de recurrir a diseños multivariados. Son
diseños más complejos que los univariados, pero la información que arrojan compensa, a menudo,
el esfuerzo llevado a cabo en la realización del experimento.
El esquema para un plan experimental (McGuigan, 1978; Bunge, 1979) podría ser el
siguiente:
1.- Elección del problema.
2.- Identificación de las variables que se suponen relevantes y, por tanto, necesitadas de
control.
3.- Selección de un diseño o plan experimental.
4.- Selección y asignación de sujetos a grupos (experimental y control).
Habría que advertir aquí, que el uso del azar no garantiza que nuestra muestra sea
representativa de la población. Pero este procedimiento es el mejor que podemos usar. El número de
valores que hayamos seleccionado para estudiar.
5.- Aplicación del estímulo al grupo experimental. En algunos casos no es posible aplicar
los estímulos a sistemas reales. Entonces se hacen experimentos con modelos. Se llama modelado
a esta proyección de modelos conceptuales, y simulación al sometimiento del modelo a cambios
imaginarios. El par modelado-simulación se llama experimento mental. El experimento mental es
adecuado para poder a prueba sistemas concretos a base de ideas que hayan superado ya la
contrastación mediante experimentos reales.
6.- Observación y/o medición de los rendimientos. Tratamiento estadístico de los datos.
7.- Juicio sobre la significación de diferencias de comportamiento entre los diferentes grupos.
Elaboración de un reporte formal.
8.- Elaboración de inferencias desde el reporte forma hasta las hipótesis.
9.- Control de la inferencia por una teoría relevante, cuando se disponga de ella.
10.- Generalización de los descubrimientos.
Bunge, que no tiene reparos en reconocer las ventajas del método experimental, se apresura a
confesar que “el experimento no puede sustituir a la teoría ni ser base de ella. Todo experimento es
búsqueda de respuesta a una pregunta originada en un cuerpo de ideas: tiene que proyectarse o
interpretarse, lo cual requiere sistemas de hipótesis más o menos elaboradas. La ejecución de un
experimento es la realización de un plan concebido, y el resultado es un mensaje cifrado, que no
puede interpretarse fuera de un cuerpo de conocimiento. Es un medio y no un fin. No es posible
ningún experimento si no hay ideas” (Bunge, 1979, p. 853).
El procedimiento experimental -y cualquier otro- debe, en consecuencia, estar
permanentemente informado por una teoría psicológica y/o educativa que, no solamente determina
los fines de la experimentación, sino que, en virtud de ellos constriñe al investigador a la elección
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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.
de aquel procedimiento más de acuerdo con los fines y con la teoría. Suscribimos, en este sentido,
la afirmación de Vygotski (1979) de que “la búsqueda de un método se convierte en uno de los
principales problemas que abarca la tarea de comprender las formas esencialmente humanas de la
actividad psicológica. En este caso, el método es, simultáneamente, requisito previo y producto, la
herramienta y el resultado del estudio” (p. 105).
En mi opinión, la experimentación en Psicología, se ha desenvuelto y desarrollado
fundamentalmente dentro del paradigma “conductista”. No es mi intención desacreditar la
metodología en sí, que por otra parte ha demostrado hasta la saciedad ser muy útil para la resolución
y verificación de determinadas hipótesis, además de verter mucha luz en la práctica psicoeducativa