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La sordoceguera - APSA

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deficitario. En definitiva, el déficit sensorial podría estar encubriendo, sobreenfatizando o<br />

produciendo un déficit de carácter intelectual.<br />

Como este ejemplo podríamos poner otros muchos, en los que esa falta de conocimiento<br />

previo, sobre cuáles son las incidencias concretas que tienen las deficiencias en las diferentes<br />

discapacidades, impiden una consideración meramente aditiva de este fenómeno. Por tanto, la<br />

<strong>sordoceguera</strong> es algo más que una mera combinación o adición de déficits, de hecho, los distintos<br />

autores coinciden en que esta interacción de hándicaps, tiene un efecto multiplicativo y no auditivo<br />

(Hogg y Sebba, 1986a; Kropka y Williams, 1986, Hart, 1988, Van Dijk, 1982).<br />

Este efecto es particularmente claro en la interacción de ceguera y sordera, que afecta de un<br />

modo evidentemente no aditivo a las posibilidades de recepción de la información y por tanto a las<br />

posibilidades de interacción y su variabilidad (Goetz, Guess y Stremel-Campbell, 1987).<br />

Así esta población-marco está compuesta por individuos con una combinación particular de<br />

256 Si ese retraso mental no está asociado a una lesión orgánica definida que produzca directamente<br />

discapacidades motrices, en realidad, no estamos utilizando una relación causal, simplemente estamos<br />

poniendo de manifiesto asociaciones muy comunes entre determinadas deficiencias y determinadas<br />

discapacidades.<br />

- 849 -<br />

J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.<br />

déficits que interaccionan entre sí estableciendo determinadas limitaciones en cada persona (Anwar,<br />

1986; Hogg y Sebba, 1986b; Márquez, Zaldívar y Rubio, 1990; Rubio, Márquez y Zaldívar, 1990;<br />

Rubio y Zaldívar, 1991b; Zaldívar, 1994, entre otros).<br />

Por tanto, cuando estemos hablando de personas sordociegas nos estamos refiriendo a una<br />

población máximamente heterogénea. Heterogénea por el diferente grado de combinación de<br />

deficiencias de carácter sensorial que pueden darse, así como por las múltiples interacciones que se<br />

producirse entre dichas caracterizaciones y variaciones tipológicas, las cuales serán propias y<br />

específicas para cada uno de los sujetos del grupo o subgrupo generado, y por las interacciones que<br />

se observan entre los distintos factores etiológicos, de riesgo, sociales, psicoeducativos, ... que<br />

afectan a cada persona de modo diferenciado.<br />

Con esto tampoco queremos llegar a la conclusión de que la heterogeneidad es tal que habrá<br />

tantas <strong>sordoceguera</strong>s como sordociegos haya, con lo que el término conceptual de <strong>sordoceguera</strong><br />

carezca entonces de valor categorial al no agrupar ni identificar a ningún colectivo determinado. Si<br />

bien es cierto que dos personas diagnosticadas como sordociegas, por ejemplo, una presimbólica y<br />

otra con síndrome de Usher pueden parecerse una a la otra nada, poco o mucho en cuanto a<br />

habilidades o discapacidades que presenten y en cuanto al tratamiento que requieran, también es<br />

verdad que lo mismo puede ocurrir con otros diagnósticos.257<br />

En realidad, el diagnóstico no nos aporta mucho sobre las características o peculiaridades de<br />

una persona, y por supuesto, muy poco en cuanto al tratamiento o intervención más adecuado, sin<br />

embargo, desde un abordaje funcional, la utilidad e importancia que tiene el diagnóstico de<br />

un anee sordociego, frente a otros utilizados en el pasado como retraso mental profundo o<br />

trastorno emocional grave, es el facilitar la agrupación nominal de un colectivo que presenta<br />

unas dificultades específicas, las producidas por una combinación de diferentes deficiencias<br />

sensoriales para así poder dar cuenta de sus peculiaridades, habilidades, discapacidades,<br />

determinar sus necesidades o demandas y poder crear recursos asistenciales o educativos que<br />

sean propios de dicha población.<br />

Hoy por hoy, el tema de la <strong>sordoceguera</strong> encierra todavía interrogantes en cuanto a su<br />

etiología, incidencia, prevalencia, definición, sistemas de evaluación y tratamiento, tipos de<br />

cuidados y tratamientos médicos, tipo de servicios necesarios, ... y los estudios realizados no dejan<br />

de ser preliminares en cuanto a dar respuestas concluyentes a estas cuestiones. En general, en casi<br />

todos se apunta la complejidad y gravedad del problema, la heterogeneidad de la población, la<br />

dificultad de evaluar a estos sujetos, la inadecuación de centros especializados que den cabida a sus<br />

necesidades especiales, la ausencia de preparación de profesionales para tratar con estos sujetos y<br />

siempre, en todos los estudios, como apunta Zaldívar (1994) se pone énfasis en la necesidad de un<br />

abordaje multidisciplicinar para la evaluación e intervención de estos sujetos .<br />

En función de esto, nosotros nos hemos propuesto, desde un enfoque funcional, evaluar a<br />

estas personas para conocer precisamente cuáles son sus características, discapacidades, habilidades,<br />

257Por ejemplo, dos personas diagnosticadas con ceguera parcial pueden tener muchas semejanzas o<br />

muchas diferencias en cuanto a habilidades, discapacidades o uso que hagan de su visión, sin embargo, no

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