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La sordoceguera - APSA

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individuales diferentes“. Por lo tanto, concluimos que ni hay un tipo de intervención que<br />

genéricamente sea la óptima, ni tampoco un único programa psicoeducativo sino que la<br />

intervención a seguir con cada sujeto sordociego estará en función de sus necesidades y de aquellos<br />

objetivos que se deseen y se intenten conseguir con dicha intervención.<br />

En otros términos, puede ocurrir que para enseñar a un niño sordociego distintas habilidades<br />

sea preciso utilizar tipos de intervenciones diferentes con teorías subyacentes distintas,<br />

recíprocamente e incluso contradictorias. Así pues, para enseñar conductas que impliquen secuencias<br />

complejas como vestirse, asearse, la aproximación conductual parece la más apropiada, en tanto que<br />

para la enseñanza que exija el desarrollo de conceptos más jerárquicos o abstractos, sería<br />

probablemente preferible una teoría aproximada a la simbolización propuesta por el planteo<br />

cognitivo o del constructivismo.<br />

Por otra parte, no podemos perder de vista que “todos los niños participan en unas mismas<br />

necesidades de provisión de aquellos medios y recursos de orden material y personal que les permitan<br />

acceder a los fines generales de la educación” (Ruiz y Giné, 1986, p. 84). El grado en el que se<br />

pueden alcanzar los fines variará según los individuos, como ocurre en el caso de los alumnos<br />

sordociegos, pero la naturaleza del fin no cambia. <strong>La</strong> filosofía permanece a pesar de la propia, y<br />

valga la redundancia, permanencia del déficit.<br />

En este contexto, un programa psicoeducativo para anees sordociegos deberá partir del<br />

curriculum ordinario, que será modificado progresivamente en función del tipo y de la naturaleza<br />

de las necesidades especiales de cada alumno sordociego en concreto. Ello asegurará el esfuerzo<br />

por mantener dentro de lo posible un proceso educativo lo más normalizado “posible”. Dichas<br />

adecuaciones se centrarán, especialmente, en aspectos metodológicos y/o procedimentales, desde las<br />

áreas de trabajo seleccionadas hasta la temporalización y/o secuenciación de objetivos y contenidos<br />

de las mismas, priorizando determinados aprendizajes funcionales y/o posibilitando el acceso a<br />

objetivos y contenidos complementarios.<br />

Llegados a este punto quizá sea el momento de señalar las pautas generales que deberían ser<br />

abordadas a la hora de confeccionar un programa de trabajo para ese niño disminuido bisensorial. Es<br />

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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.<br />

importante aclarar que no se trata de la receta mágica apropiada para todo momento y para todo<br />

sordociego, sino más bien una guía como ya hemos comentado, puesto que cada alumno necesita<br />

un programa individual diseñado y puesto en práctica por y para él exclusivamente. Estas pautas,<br />

apoyándonos en Mclnnes y Treffry (1988) serían las siguientes:<br />

- Establecer un vínculo emocional con el niño sordociego.<br />

- Proporcionar experiencias que hagan que él se sienta a sí mismo como una persona útil y<br />

capaz de triunfar.<br />

- Empezar por fijar un número limitado de objetivos muy bien definidos y que sirvan de<br />

punto de partida de una serie de actividades que abarquen todo el día del niño.<br />

- <strong>La</strong>s actividades deben tener en cuenta la edad y el nivel de funcionamiento de éste.<br />

Asimismo deben contemplar problemas que el niño sordociego pueda resolver con éxito.<br />

- Crear un entorno reactivo caracterizado por:<br />

a. lazos emocionales, y cuando el niño vaya creciendo, respuestas sociales<br />

b. resolución de problemas para reforzar su autoestima<br />

c. utilización de los restos visuales y auditivos e integración de esas sensaciones con las<br />

provenientes de otras modalidades sensoriales<br />

d. comunicación con énfasis en el diálogo<br />

- Controlar la cantidad de estimulación proveniente del entorno que recibe el niño disminuido<br />

multisensorial. Mediante procedimientos como:<br />

a. tomar en cuenta las modalidades sensoriales que están siendo estimuladas<br />

b. utilizar el propio cuerpo para restringir las sensaciones visuales o táctiles no deseadas;<br />

comenzar con el niño sordociego en posición prono entre las piernas<br />

c. utilizar la posición del brazo para darle seguridad<br />

d. estar continuamente pendiente de las señales de “para”, “ya es suficiente”, u otras parecidas<br />

e. planear actividades específicas que ayuden a éste a desarrollar la capacidad de integrar dos o<br />

más estímulos sensoriales.<br />

- Utilizar un enfoque co-activo, cooperativo y reactivo para animar y asistir al anee en el

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