La sordoceguera - APSA

de carácter longitudinal, orientados al análisis de procesos.
Las evaluaciones de proceso pueden enriquecerse, también, por medio de la investigaciónacción
en la que rigor y flexibilidad buscan el máximo grado de equilibrio. Esta modalidad de
investigación parece especialmente adecuada en el caso en que se necesite conocimiento para
problemas específicos -como es nuestro caso- y justamente en el marco de situaciones concretas
(Cohen y Manion, 1980) niños sordociegos integrados en un CEE de Sordos. Es decir, este tipo de
trabajos pueden constituir un puente entre la investigación básica y la aplicada para aquellos
profesionales más próximos a la acción educativa y con aspiraciones investigadoras-formadoras.
Por último, comentar que la evaluación de la calidad de los objetivos tendencia tiene que
basarse en una fuente o elemento exterior al propio programa psicoeducativo propuesto. Si lo
enfrentamos, como Pérez Juste propone, con criterios “absolutos”, será preciso acudir a modelos
psicopedagógicos, basados en filosofías determinadas; así, partiendo de un sistema personalizado de
educación se puede emitir un juicio de valor sobre la calidad de un programa en la medida en que se
preocupe o se desentienda de los elementos esenciales de tal sistema. La congruencia con el modelo
podría ser el criterio evaluativo. Si lo hacemos con las demandas sociales, las necesidades o
expectativas individuales o grupales, la coherencia entre éstas y los objetivos del programa
constituirá el elemento de referencia, aunque se puedan detectar disfuncionalidades en relación con
modelos psicopedagógicos más completos. En cuanto a la calidad del programa puede abordarse
desde una perspectiva puramente técnica, esto es, analizando si aparecen sus dimensiones y
componentes y, en caso afirmativo, si cumplen los requisitos de precisión y claridad exigibles.
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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.
3. “Casos”, un auténtico estudio experimental.
Hasta épocas recientes, nuestra disciplina marco, la Educación Especial en todas sus
dimensiones, se ha conformado bajo una óptica paramétrica clínico-formal, es decir, bajo el prisma
tipológico de la deficiencia, toda una fenomenología en sí misma, pero nunca centrándose en el
individuo en sí, en su diferencia como unidad teórico-práctica de ejecución. Por lo tanto cualquier
proceso de diagnóstico, intervención o servicio, era diseñado desde esa concepción psico-médica
imperante. Actualmente, la evolución de dichos procesos ha determinado una esfera eminentemente
personalista, una esfera educativa de desarrollo integral; por consiguiente nos centramos -o al menos
se intenta- como profesionales en las necesidades educativas especiales, en las aptitudes y ritmos de
aprendizaje, en los contextos familiares, escolares y sociales, en una interacción sujeto-entorno.
Siguiendo esta dirección, toda intervención psicoeducativa es propuesta como
idiosincrática, al ser diseñada a la medida de la persona, especial, de acuerdo con sus necesidades
y específica, atendiendo a su entorno. Así pues, el caso a estudiar se presenta, ante todo como una
actuación directa, activa y técnica de carácter eminentemente profesional. Al abordar su componente
pragmático, puede parecernos, al menos aparentemente, como alejado de preocupaciones científicas.
Autores como Muchielli (1970) por ejemplo, resaltan el proceso de articulación-elaboración en el
cúmulo de informaciones referenciales, paso previo y necesario para la ulterior identificación de las
dificultades del sujeto, el diseño del plan adecuado, la previsión de las etapas de solución de esas
dificultades con los correspondientes indicadores de proceso y/o el seguimiento correcto.
Empero, pensamos que la elección de un caso concreto de nuestra materia no tiene que
limitarse a una dimensión práctica y profesional; en la medida en que un investigador diseñe con
rigor sus casos de sujetos sordociegos, en que evalúe de modo exigente sus actuaciones y en que se
logre elevar por encima de la casuística buscando regularidades tanto en los suyos como en aquellos
otros que puede encontrar en la literatura científica y en los foros profesionales como análisis de
experiencias comparativas, el caso puede, cuando menos, permitirle la inducción de hipótesis a
contrastar en la investigación diseñadas “ex profeso”. Todo lo cual cobra intensidad si, bien
individual o bien como equipo de investigación, se plantea el caso como técnica de replicación
sistemática.
Tampoco debería extrañar que en este tipo de estudios sea muy útil utilizar metodologías de
investigación participativas y/o colaborativas. Tales planteamientos de trabajo mantienen el
suficiente grado de implicación de todos los agentes en curso, incrementando por lo tanto las
posibilidades de modificar la realidad actual del sujeto sordociego, objeto de experimentación. Lo
único que es preciso superar son las subsiguientes dificultades en materia organizativa ya que desde
la formulación de un PEC, hasta la coordinación con los diferentes profesionales: orientador o