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La sordoceguera - APSA

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LA SORDOCEGUERA. Tesis Doctoral J. Inmaculada Sánchez Casado.<br />

sujeto n.e.e.. Pero además estos diferentes modelos teóricos conllevan definiciones y clasificaciones<br />

de las propias alteraciones no coincidentes; asímismo prácticas terapéuticas y/o de intervención<br />

muy diversas, incluso contrapuestas.<br />

Nos parece fundamental que cualquier profesional implicado conozca los rasgos más<br />

definitorios de los diversos paradigmas aplicados a la Educación Especial, y en concreto a la nee<br />

<strong>sordoceguera</strong>. De esta forma, obtendrá un código común y por ende particular a este área,<br />

aumentando la facilidad para interaccionar, tanto en fluidez como abriendo nuevos canales de<br />

comunicación con el resto de profesionales procedentes de distintas orientaciones o especializados<br />

en un determinado campo: equipo multiprofesional, orientadores, otorrinos, fisioterapeutas,<br />

neurólogos, logopedas, trabajadores sociales,...<br />

Igualmente, podrá situarse adecuadamente y comprender las investigaciones, diseños<br />

experimentales, informes, programas de intervención, etc. con que se encuentre en su tarea<br />

educativa, ya que una interpretación con rigor de cualquier propuesta especializada en <strong>sordoceguera</strong><br />

es fundamental para su práctica escolar. Intentamos, en verdad, que con el diseño de este bloque<br />

reconceptualizador y global disciplinario los futuros maestros, adquieran estrategias de recogida de<br />

información, evitando que muchos tratamientos queden petrificados en el cajón de una mesa<br />

archivadora, dormidos y sin aplicabilidad, puesto que “nadie” era capaz de obtener una comprensión<br />

exacta y por tanto propiciar su provechoso rendimiento. Pretendemos que esas casi “recetas<br />

mágicas” de actuación recuperadora para anees sordociegos no se pierdan.<br />

a. Paradigma médico-clínico-organicista.<br />

Considera los trastornos de comportamiento como enfermedad, aplicando el término salud<br />

tanto al componente somático como psíquico o mental. <strong>La</strong> conducta anormal supondría la<br />

manifestación de una patología de raíz orgánica -rubeola, síndrome de Usher, etc en el caso de la<br />

<strong>sordoceguera</strong>-. El modelo médico se apoya en investigaciones de tipo genéticas, neurofisiológicas,<br />

bioquímicas, y en datos sobre todo clínicos.19<br />

<strong>La</strong> intervención desde este modelo es de naturaleza principalmente preventiva, así surge la<br />

necesidad del tratamiento precoz en todas las enfermedades congénitas y metabólicas. Este es su<br />

rasgo más definitorio: el anticipar posibles poblaciones de “riesgo” o situaciones conflictivas como<br />

factores predisponientes a la “diferencia”. Quizás su mayor peligro sea la simplicidad. El hecho de<br />

reducir la explicación de la conducta patológica o deficiente a la base orgánica de un individuo puede<br />

degenerar, si se radicaliza, en un mero organismo, o biologismo. Por otro lado, si sólo supone un<br />

limitarse a diagnosticar sin estrategias de intervención, seguimiento y control de los procesos,<br />

desembocaríamos indefectiblemente en un nosologismo.<br />

19En este paradigma se suele emplear con frecuencia, por ejemplo, el término de “oligofrenia”. Se<br />

trata, pues, de un conjunto de síndromes de diferente etiología orgánica que tienen en común cursar con<br />

deficiencias en las funciones intelectuales.<br />

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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.<br />

b. Paradigma conductual.<br />

Se fundamenta en los conocimientos de la psicología del aprendizaje. <strong>La</strong> conducta anormal o<br />

diferente se explica como un aprendizaje de hábitos perjudiciales que desajustan al sujeto y le<br />

impiden una satisfactoria relación con el medio social. Los síntomas no son manisfestaciones de<br />

ninguna enfermedad o desequilibrio profundo, sino que tal conducta consistiría precisamente en esos<br />

aprendizajes -hábitos de comportamiento- inadecuados. <strong>La</strong> terapia es así un reaprendizaje, una<br />

extinción de conductas inadecuadas o una implantación o potenciación de conductas deseadas.<br />

Este modelo prefiere no emplear términos como deficiencia, patología, enfermedad,<br />

anormalidad. El análisis conductual rechaza estas etiquetas como meramente descriptivas,<br />

simplificadas y carentes de todo valor explicativo o práctico de cara a la intervención. El desarrollo<br />

psicológico, bien el normal, bien el que presenta retrasos o limitaciones, es entendido como la<br />

adquisición sucesiva de nuevos y más complejos repertorios conductuales, o nuevas formas de<br />

conducta por parte del individuo. Toda conducta, normal o retrasada, es susceptible de un análisis<br />

funcional, esto es, de un análisis que examina los variables de la situación estimulante (S), las<br />

variables del individuo (O), los tipos de respuestas (R) y las consecuencias o refuerzos (C).

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