La sordoceguera - APSA

integrado y el resto de sus compañeros.
Así pues, y en referencia a todo lo explicitado anteriormente que configura nuestro punto de
vista, un anee sordociego presimbólico es aquella persona que tiene déficits en el comportamiento
adaptativo, es decir, un niño que tiene problemas para enfrentarse a las demandas de la vida
cotidiana, a desenvolverse lo más autónomamente posible en su ambiente, a andar, utilizar
transportes, alimentarse, vestirse, asearse, comunicarse con los demás, integrarse en una escuela o
en un trabajo, leer, escribir, planificar... Hacer progresar a “Reme” significaría, por tanto, proveer a
esta persona de aquellas habilidades o conductas que le acercasen en la medida de lo posible a una
integración en su entorno.
3.- Respecto a las áreas de trabajo, evidentemente, el contenido hará expresa
referencia al comportamiento adaptativo estrictamente hablando, es decir, como sinónimo de
entorno y/o dinamizador del proceso enseñanza-aprendizaje, y general como elemento instrumental.
Como ya hemos comentado, el trabajo con personas dependientes, es decir, con necesidades
especiales está dirigido hacia el entrenamiento y aprendizaje de aquellos aspectos que permiten a un
individuo adaptarse funcionalmente a la sociedad, es decir, hacia repertorios conductuales
operativos y pragmáticos en el ambiente donde se desarrolle. Nos referimos a áreas tales como:
motricidad, autoayuda, comunicación, socialización, cognición, ... esto es todo lo que signifique
relevancia para un desarrollo social o de currícula académicos y/o laborales.
*Las habilidades de autoayuda son aquellas habilidades necesarias para el
funcionamiento independiente en relación a necesidades básicas o primarias tales como la comida y
el abrigo (Wolery y Smith, 1989). Estas incluyen áreas tales como: necesidades fisiológicas,
alimentación, vestido, aseo y cuidado personal.
*Las habilidades en motricidad son las que permiten a las personas las funciones de
equilibrio, movilidad y locomoción, así como las que posibilitan a los individuos interaccionar con
los objetos, reconocerlos, establecer contacto con ellos y llegar a dominarlos dotándolos incluso de
funcionalidad (Sengstock y Stein, 1967; Bruininks, 1974). La motricidad está dividida en dos
grandes grupos:
a. Gruesa, cuyo patrón normal de desarrollo durante el primer año incluye: mantenimiento
de la cabeza erguida, darse la vuelta, mantenimiento del tronco, sentarse, gatear, mantenerse en
posición de pie, andar con apoyo y ambulación independiente.
b. Fina, que son aquellas habilidades referidas a movimientos de precisión donde la
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
coordinación óculo-manual, juega un papel fundamental, incluyendo habilidades tales como agarrar,
alcanzar, ensartar, atar, utilizar utensilios, etc.
*El área del lenguaje es una de las áreas adaptativas primordiales a la hora de trabajar
con anees sordociegos y otras discapacidades como pusieron de manifiesto Rubio y Zaldívar (1991).
Los motivos son múltiples, entre ellos destaca la función del lenguaje para el desarrollo intelectivo
y cognitivo de un individuo (Milgram, 1973); y el papel del lenguaje en el proceso tanto de
socialización como de comprensión de la realidad en este mismo individuo sordociego. Por
consiguiente, todo traducible a su inserción social y cultural en un contexto determinado.
*En el área de interacción social son muchos y diversos los aspectos incluídos.
Desde comportamientos muy básicos de interacción: conductas de aproximación a familiares,
sonrisa, contacto ocular, petición de necesidades primarias, petición de deseos, etc. hasta los
referidos a habilidades de comunicación, asertividad, utilización de normas grupales, paticipación en
actividades de tipo lúdico, cogestión de normas de interacción y/o educación, conductas de
cooperación y amabilidad, ...
Debido a la revelancia de los aspectos profesionales dentro de las perspectivas integradoras y
normalizadoras de un sordociego en su grupo social y en la comunidad en la que está inserto, existe
cada vez un mayor interés en la evaluación e intervención dirigidos a estos aspectos, en los currícula
académicos, laborales u ocupacionales. (D. Alvarez; 1993) Los aspectos implicados son también
muy diversos, desde habilidades preocupacionales (apariencia externa, relación con los iguales y los
superiores, etc.), hasta habilidades a desempeñar en el trabajo o taller: uso de herramientas o
máquinas, cumplimiento de obligaciones, resolución de problemas, etc.
4.- En relación al proceso de evaluación e intervención y antes de pasar a
reflexiones más concretas que hagan explícita referencia a cada caso estudiado, donde se expondrá la