La sordoceguera - APSA

Consiste en seleccionar muestras de sujetos n.e.e. sordociegos que han nacido en años
diferentes, y por lo tanto pertenecen a diferentes generaciones. Se forman con ellos grupos distintos
que se observan en un mismo momento histórico.
Este método nos da información, principalmente, sobre las diferencias que existen en un
momento determinado entre personas sordociegas de diferente edad, pero sin precisar mucho sobre la
propia naturaleza de estas diferencias en cuanto a los subtipos de sordoceguera y los diversos
criterios de subclasificaciones. Se puede decir que es el método por excelencia de la Psicología
Diferencial (Vega y Vega, 1984).
Su gran ventaja proviene de que nos permite conocer diferencias entre sujetos sordociegos
de diversas edades, con gran economía de tiempo, y puede darnos orientaciones sobre los resultados
que obtendríamos en un estudio longitudinal, con lo cual, sirve, también para ver si interesa o no
emprender la investigación con unos diseños longitudinales más laboriosos.
Los inconvenientes de los diseños transversales radican en que las diferencias que se
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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.
obtienen de los sujetos “atípicos”, como el caso que nos ocupa, son aproximadas y globalizadas, ya
que, aunque la investigación se haga en la misma fecha, pertenecen a distinta generación, con lo
cual, algunas veces se confunden los efectos generacionales con los efectos de la edad cronológica,
madurativa,...; sólo en el caso de que el efecto generacional sea nulo, reflejan con precisión el
cambio entre distintas edades o niveles de desarrollo o perfiles madurativos. Otra dificultad sería la
de obtener muestras comparables y asegurar que las pruebas sean contrastables para los diferentes
niveles de edad y subcategorías diagnósticas seleccionadas. Por todas estas circunstancias, los
psicólogos evolutivos no son muy partidarios de la metodología transversal salvo cuando se trate de
un enfoque preliminar, previo al desarrollo de un estudio longitudinal.
Una y otra orientación metodológica, presentan, pues, ventajas e inconvenientes que es
preciso tener en cuenta a la hora de plantear cualquier investigación psicoevolutiva. A parte de las
cuestiones relacionadas con la validez externa e interna, comunes a ambos enfoques, el principal
problema del procedimiento transversal es que “no capta el cambio intraindividual y, por ello, la
mayoría de los psicólogos evolucionistas consideran que proporciona conclusiones sólo
aproximadas acerca de la evolución” (Baltes y Otros, 1981, p.148). Desde este punto de vista, para
un psicólogo evolutivo, interesado más por explicar cómo se produce el cambio en un acnee, en
concreto sordociego, que por describir los distintos momentos del cambio producido en cualquier
subcategoría diagnóstica n.e.e. sordoceguera , es claro que el enfoque transversal puede
proporcionarles escasa información. Podríamos discutir otros problemas menos esenciales, como la
facilidad que presentan para confundir los efectos generacionales con los debidos a la edad
cronológica, pero no deseamos extendernos en cuestiones que distraerían la intención de este trabajo
de investigación doctoral.
Los enfoques longitudinales tienen como principal ventaja el poder captar “información
directa del cambio intraindividual, así como las diferencias interindividuales en cuanto a éste”
(Baltes y Otros, 1981, p.148). En consecuencia, son especialmente apropiados para identificar los
procesos evolutivos de un individuo sordociego y las causas que los determinan así como sus
posibles desviaciones madurativas o retrasos en su patrón de desarrollo. Nos detendremos más en
ellos por su evidente interés para nuestros propósitos. De hecho, tal como advertíamos en la
aproximación histórica a la Disciplina, fue ésta la que posibilitó el origen de muchos métodos de
trabajo en el campo de la sordoceguera como núcleo constituyente del apartado sensorial, e
independiente de ambos colectivos: visuales e auditivos. Lo cierto es que los comienzos del método
longitudinal se remontan a los antecedentes psicopedagógicos del constructo de la “diferencia”, y de
manera muy específica, siguiendo a Vega y Vega (1983, p.373), a la “psicología del desarrollo” en
cuanto a ciencia. En páginas siguientes, tal autor comenta como ha cambiado mucho desde entonces
la concepcción y el significado de este procedimiento, de tal manera que “más bien convendría
hablar de métodos longitudinales” (Idem, p.374). De hecho, en el momento actual se aceptan
diferentes diseños y procedimientos, todos los cuales, pueden considerarse como longitudinales.
Expondremos, a continuación, los más relevantes.
El diseño longitudinal por excelencia selecciona una única muestra de la misma edad y
observa las variables dependientes elegidas en diferentes momentos, según intervalos regulares, a
través de un periodo de tiempo más o menos largo. Entre las ventajas podemos resumir así, las