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La sordoceguera - APSA

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de relacionarse con su entorno, ya que no puede comprender lo que está sucediendo ni lo que<br />

tratamos de decirle mediante el canal de comunicación común para el resto de las personas: el<br />

lenguaje oral, mejor dicho, el código oral.<br />

<strong>La</strong> falta de comunicación desencadena un aislamiento progresivo y un serio retraso en el<br />

proceso de maduración, ya que, al no existir un sistema de comunicación adecuado para el niño, la<br />

relación entre éste y su entorno: personas, objetos, juegos... se ve muy limitada. Por ello, en el<br />

momento de afrontar la educación de un niño sordociego, el maestro se plantea un objetivo<br />

fundamental y conformador: conectarle con la realidad que le rodea y propiciarle su<br />

comunicación.<br />

Todo niño puede desarrollarse como persona y ser un miembro más de su familia y de su<br />

sociedad, pero para ello necesita ser incluido en todos los acontecimientos que suceden a su alrededor<br />

y relacionarse con su entorno. El niño sordociego empieza a comunicarse a través de experiencias<br />

cercanas. En concreto, empieza cuando es capaz de elaborar demandas básicas relacionadas con las<br />

necesidades elementales tales como comer, ir al cuarto de baño u otras. Si puede indicárnoslas,<br />

decimos que ha iniciado su comunicación; es en ese momento cuando su lenguaje comienza a<br />

desarrollarse.<br />

<strong>La</strong>s primeras demandas que emite el niño sordociego son aprendidas, si es simbólico puede<br />

producirlas por iniciativa propia; y suelen ir ligadas a objetos o lugares: por ejemplo, si quiere<br />

comer, se sienta en la silla donde se lleva a cabo esta actividad de forma cotidiana. Los padres<br />

empiezan a establecer un código particular con su hijo, lo cual les permite entenderle. Sin embargo,<br />

también nos interesa que el niño comprenda lo que queremos decirle. Por ello, cuando el niño llega<br />

al colegio mostramos interés por saber cómo se comunica con sus padres para utilizarlo como<br />

punto de partida en el desarrollo y generalización de sus propias estrategias de comunicación.<br />

Si la comunicación con el niño sordociego se basa exclusivamente en enunciados de tipo<br />

oral, toda la riqueza de las expresiones naturales se pierden y los movimientos o gestos naturales<br />

que el niño empieza a producir no se verá reforzado y poco a poco se extinguirán. Tenemos que<br />

favorecer el desarrollo del niño, no complicárselo. Por tanto, si el niño precisa el manejo del<br />

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J. Inmaculada Sánchez Casado. Tesis Doctoral LA SORDOCEGUERA.<br />

Lenguaje de Signos (LSE), Braille, dactilología, o cualquier otra forma de comunicación signada,<br />

táctil, etc distinta del lenguaje oral, tendremos que ofertársela.<br />

Teniendo presente esta necesidad básica, los programas educativos específicos para niños<br />

sordociegos empiezan por estructurar su entorno. El niño sordociego se encuentra en una situación<br />

de desventaja a la hora de comprender lo que está sucediendo a su alrededor. Si el adulto no utiliza<br />

estrategias de información útiles para el niño, éste no va a saber nunca qué sucede: si venimos, si<br />

nos vamos, si le llevamos de un lugar a otro, si es la hora de comer... Su vida es una constante<br />

sorpresa.<br />

Dentro de un mundo tan inconsistente, es imposible que el niño vaya elaborando un<br />

lenguaje, puesto que nunca sabe lo que va a suceder y, en consecuencia, ni puede prepararse para<br />

ello ni puede expresar el deseo de que suceda. Debemos cuidar la forma en que nos acercamos al<br />

niño: siempre tendremos que darle pistas sobre lo que va a suceder; tendremos, en definitiva, que<br />

anticipárselo.<br />

Por ejemplo, siempre que vayamos al baño le haremos el mismo gesto o le daremos el<br />

mismo objeto. Con el tiempo, el niño asociará ese gesto u objeto con la acción de forma que llegue<br />

él mismo a demandar la acción con el uso de ese signo u objeto.<br />

Mediante la anticipación favorecemos dos aspectos: por un lado, que el niño no se vea<br />

sorprendido en aquello que le va a suceder; por otro, que poco a poco exprese el deseo de realizar esa<br />

actividad manifestándolo con el uso del signo u objeto.<br />

En resumen, la anticipación es la base del desarrollo de la comunicación en el niño<br />

sordociego. De esta última idea se deriva la necesidad de estructurar el mundo del niño teniendo en<br />

cuenta tres órdenes:<br />

- Orden de persona.<br />

Hace referencia a las personas que interaccionan con el niño. Recordando las ideas arriba<br />

mencionadas, al iniciar el trabajo con el niño será sólo una persona la que mantenga un contacto<br />

más estrecho con él, de modo que llegue a conocerle mejor y a captar todas las intenciones de tipo<br />

comunicativo que pueda emitir. Cuando el niño empieza a generalizar sus demandas, nuevas

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