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Descargar edición 2010 - Facultad de Humanidades y Ciencias

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aspiración esquiva frente al prejuicio contra la expansión <strong>de</strong> la ciudadprevaleciente entre los responsables políticos. 195La renuencia <strong>de</strong> los encargados <strong>de</strong> formular políticas a aceptar laurbanización ha levantado una barrera contra la corriente <strong>de</strong> avancespromovidos por los movimientos sociales urbanos. En los últimos años, lasorganizaciones locales <strong>de</strong> pobres urbanos (OPU) y las organizaciones nogubernamentales (ONG) han logrado notables avances en sus accionescolectivas para mejorar la vivienda, la infraestructura y los servicios, mitigando yreduciendo en gran medida la pobreza urbana. 196 Cada vez se reconocen mássus esfuerzos: la Conferencia <strong>de</strong> Hábitat 2006 fue, en muchos sentidos, unacelebración <strong>de</strong> su éxito. No obstante, con frecuencia las comunida<strong>de</strong>s locales sehan visto obligadas a superar los obstáculos impuestos por las autorida<strong>de</strong>slocales y nacionales, pero si se hubiera adoptado un enfoque más propicio y conmayor apoyo, se podrían haber conseguido mayores logros <strong>de</strong> importanciacrucial.Para contribuir a que la urbanización avance en la dirección <strong>de</strong>bida, espreciso que los encargados <strong>de</strong> formular políticas revisen los supuestossubyacentes a su prejuicio antiurbano. 197 Deberían estar en condiciones no sólo<strong>de</strong> avanzar a favor <strong>de</strong> la corriente, sino también <strong>de</strong> encauzarla hacia la mejora<strong>de</strong>l hábitat urbano y la reducción <strong>de</strong> la pobreza. En el presente capítulo se ilustraesta cuestión relacionada con un tema crítico para la reducción <strong>de</strong> la pobrezaurbana: las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pobres en materia <strong>de</strong> vivienda.El intento <strong>de</strong> mantener alejadas a las masas: fracaso <strong>de</strong> una estrategiaLos gobiernos nacionales han intentado aplicar dos estrategias a fin <strong>de</strong>restringir la rápida expansión <strong>de</strong> los asentamientos urbanos <strong>de</strong> los pobres: a)planes ambiciosos para retener a las personas en las zonas rurales, o colonizarnuevas zonas agrícolas; y b) regulación <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong>l suelo urbano, mediante<strong>de</strong>salojos o, más frecuentemente, la <strong>de</strong>negación <strong>de</strong> servicios esenciales, entreellos abastecimiento <strong>de</strong> agua y saneamiento. 198El razonamiento implícito en esas medidas es que los habitantes <strong>de</strong>tugurios <strong>de</strong>berían haber empezado por no trasladarse a la ciudad, y que alprestarles asistencia se fomenta la urbanización excesiva. En consecuencia,tales medidas intentan que las ciuda<strong>de</strong>s sean menos atractivas para posiblesmigrantes.Dado que en los países <strong>de</strong> bajos ingresos la mayoría <strong>de</strong> los pobres vivenaún en zonas rurales, parecería intuitivamente razonable mantener la migraciónrural-urbana en un nivel compatible con la disponibilidad <strong>de</strong> empleos y serviciosurbanos. En muchas ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todo el mundo, el <strong>de</strong>bate más movido en lasantesalas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r no ha sido sobre la mejor manera <strong>de</strong> prestar asistencia a los195 Carolini, G. 2006. “Community Organizations of the Urban Poor: Realizing the MDGs and Planning for Urban PopulationGrowth”, pág. 1. Texto preliminar preparado para el presente informe.196 Cabe señalar que muchas organizaciones comunitarias han sido creadas por mujeres urbanas pobres; esas organizacioneshan sentando las bases para movimientos sociales urbanos <strong>de</strong> gran magnitud.197 En varias oportunida<strong>de</strong>s, este informe alu<strong>de</strong> al prejuicio antiurbano <strong>de</strong> los responsables políticos. Esto pue<strong>de</strong> causar algunaconfusión entre quienes están familiarizados con el concepto <strong>de</strong> “sesgo urbano” utilizado por algunos economistas para tratar<strong>de</strong> explicar por qué las zonas rurales siguen en la pobreza. La expresión “prejuicio antiurbano” se utiliza aquí como una fórmulasencilla, simplemente para <strong>de</strong>notar la oposición <strong>de</strong> los planificadores y los encargados <strong>de</strong> formular políticas al crecimiento<strong>de</strong>mográfico <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s, y las diversas maneras en que tratan <strong>de</strong> impedirlo o retardarlo. Por tanto, ambos conceptos noestán relacionados entre sí ni están en directa oposición.198 du Plessis, J. 2005. “The Growing Problem of Forced Evictions and the Crucial Importance of Community-based, LocallyAppropriate Alternatives”. Environment and Urbanization 17(1): págs. 123 a 134.240 -MÓDULO 2 – GEOGRAFÍA SOCIAL Y ECONÓMICA

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