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Descargar edición 2010 - Facultad de Humanidades y Ciencias

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más convenciente para el hombre. En un pasaje <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong> la Política escribeAristóteles:La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier otroanimal gregario, un animal social, es evi<strong>de</strong>nte: la naturaleza, como solemos<strong>de</strong>cir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra(lógos). La voz es signo <strong>de</strong> dolor y <strong>de</strong> placer, y por eso la tienen también losanimales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación <strong>de</strong> dolor y <strong>de</strong> placer ysignificársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lodañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo <strong>de</strong>l hombre el tener él solo el sentido<strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal, <strong>de</strong> lo justo y <strong>de</strong> lo injusto, etcétera, y la comunidad <strong>de</strong> estascosas es lo que constituye la casa y la ciudad.Habla Aristóteles <strong>de</strong> la distinción entre el bien y el mal, entre lo justo y loinjusto (no entre lo verda<strong>de</strong>ro y lo falso) como característica <strong>de</strong> la razón humanafrente a los animales y frente a los dioses. La distinción entre lo verda<strong>de</strong>ro y lofalso se le pue<strong>de</strong> encomendar a las computadoras <strong>de</strong> datos y si un juez tuvieraque aplicar la ley <strong>de</strong> una manera matemática en los casos concretos, sería másseguro encomendarle esa aplicación a un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>ducción electrónica.Pero la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> lo que es <strong>de</strong>seable o in<strong>de</strong>seable para el hombre sólo lapue<strong>de</strong> hacer el hombre mismo.Y para hacer esto tiene que hacerlo discursivamente, lingüísticamente. Yesa forma <strong>de</strong> racionalidad discursiva es dialógica y radicalmente diferente <strong>de</strong> laracionalidad <strong>de</strong>shumanizada y solipsista <strong>de</strong> que se sirve el pensamientocientífico. La racionalidad <strong>de</strong> que nos habla Aristóteles es una racionalidad condos vertientes: una comunicativa y otra cognitiva. Ambas vertientes sonimportantes, pero, si hay que dar la prioridad a alguna, sería a la vertientecomunicativa. En la evolución <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> racionalidad, aun sin negar elvalor <strong>de</strong> la comunicación, hemos in<strong>de</strong>pendizado el aspecto cognitivo <strong>de</strong>lcomunicativo, dando a<strong>de</strong>más prioridad ontológica al primero. Nos imaginamosque primero concebimos algo en la mente y luego lo comunicamos a nuestroscongéneres humanos. Pero esto no es cierto, como explicaré más a<strong>de</strong>lante.La ciencia nos ha hecho creer que para actuar o razonar hay que partir<strong>de</strong> una <strong>de</strong>finición previa. La experiencia muestra todo lo contrario. Primero es laactividad, luego el concepto, en tercer lugar la explicación <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong>lconcepto. Sólo cuando una actividad, que veníamos ejerciendo sin reflexionar enella, se nos hace consciente, empezamos a darle un nombre. Y solamente<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una aplicación <strong>de</strong>l nombre y <strong>de</strong> una observación <strong>de</strong>tenida <strong>de</strong>lcamino que sigue esa actividad, su método, llegamos a la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>finirconceptos. Definir es llegar al fin, al límite, por eso no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir antes <strong>de</strong>comenzar.Esa es la realidad que el conocimiento como actividad nos muestra. Loque pasa es que, el que ya ha recorrido el camino y se <strong>de</strong>dica a enseñárselo aotros, les participa el resultado último como si fuera lo primero y la clave <strong>de</strong> suentendimiento. Esa pedagogía nos ciega creyendo que la enseñanza es lo quese dice, no lo que se enseña al <strong>de</strong>cirlo. Que por algo se le llama «enseñar», es<strong>de</strong>cir exhibir o mostrar directamente, no simplemente <strong>de</strong>cir. Si yo por ejemplohablo castellano, muestro que lo sé aunque ni siquiera lo haya afirmado. Elhecho mostrado es <strong>de</strong> suyo creíble, mientras que lo que simplemente afirmamospue<strong>de</strong> ser mentira.410 -MÓDULO 3 – GEOGRAFÍA POLÍTICA Y CULTURAL

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