Ancient Spanish Bible (with variants) - Jewish testimonies

1155 ISAÍAS 63. 10–64. 6
todos los días del siglo. Mas ellos fueron rebeldes, e hi- 10
cieron enojar su Espíritu Santo, por lo cual se les volvió
enemigo, y él mismo peleó contra ellos. Pero se acordó 11
de los días antiguos, de Moisés, y de su pueblo. ¿Dónde
está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño?
¿Dónde está el que puso en medio de él su Espíritu
Santo? ¿El que los guió por la diestra de Moisés con el 12
brazo de su gloria; el que rompió las aguas, haciéndose
así nombre perpetuo? El que los hizo ir por los abismos, 13
como un caballo por el desierto, nunca tropezaron. El Es- 14
píritu del SEÑOR los pastoreó, como a una bestia, que
desciende al valle; así pastoreaste tu pueblo, para hacerte
nombre glorioso. Mira desde el cielo, desde la morada 15
de tu santidad, y de tu gloria. ¿Dónde está tu celo, y tu
fortaleza, la conmoción de tus entrañas, y de tus miseraciones
para conmigo? ¿Se han estrechado? Porque tú eres 16
nuestro padre, que Abraham nos ignora, e Israel no nos
conoce. Tú, SEÑOR, eres nuestro padre; nuestro Redentor
perpetuo es tu nombre. ¿Por qué, oh SEÑOR, nos has 17
hecho errar de tus caminos? ¿Endureciste nuestro corazón
a tu temor? Vuélvete por tus siervos, por las tribus de
tu heredad. Por poco tiempo poseyó la tierra prometida 18
el pueblo de tu santidad; nuestros enemigos han hollado
tu Santuario. Hemos sido como aquellos de quienes nun- 19
ca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu
nombre.
¡Oh, si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu pre- 64
sencia se escurriesen los montes, como fuego que abra- 2
sando derrite, fuego que hace hervir el agua, para que
hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y los gentiles
temblasen a tu presencia! Como descendiste, cuan- 3
do hiciste cosas terribles cuales nunca esperábamos, que
los montes escurrieron delante de ti. Ni nunca oyeron, 4
ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que
hiciese otro tanto por el que en él espera. Saliste al en- 5
cuentro al que con alegría obró justicia. En tus caminos se
acordaban de ti. He aquí, tú te enojaste porque pecamos;
tus caminos son eternos y nosotros seremos salvos. Que 6