Ancient Spanish Bible (with variants) - Jewish testimonies

1663 HECHOS 2. 42–3. 13
aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la 42
doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento
del pan, y en las oraciones. Y toda persona tenía 43
temor; y muchas maravillas y señales eran hechas por los
apóstoles. Y todos los que creían estaban juntos; y tenían 44
todas las cosas comunes; Y vendían las posesiones, y las 45
haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de
cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el Tem- 46
plo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con
alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y te- 47
niendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada
día a la Iglesia los que habían de ser salvos.
Pedro y Juan subían juntos al Templo a la hora nove- 3
na, la de la oración. Y un hombre que era cojo desde el 2
vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día a
la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que
pidiese limosna de los que entraban en el Templo. Este, 3
cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo,
rogaba que le diesen limosna. Y Pedro, con Juan, 4
fijando los ojos en él, dijo: Míranos. Entonces él les estu- 5
vo atento, esperando recibir de ellos algo. Y Pedro dijo: 6
No tengo plata ni oro; mas lo que tengo, esto te doy; en el
Nombre de Jesús, el Cristo, el Nazareno, levántate y anda.
Y tomándole por la mano derecha le levantó; y luego 7
fueron afirmados sus pies y piernas. Y saltando, se puso 8
en pie, y anduvo; y entró con ellos en el Templo, andando,
y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio 9
andar y alabar a Dios. Y le conocían, que él era el que 10
se sentaba a pedir la limosna a la puerta del Templo, la
Hermosa; y fueron llenos de asombro y de espanto por lo
que le había acontecido. Y teniendo asidos a Pedro y a 11
Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito,
concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. Y 12
viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas,
¿por qué os maravilláis de esto? O ¿por qué ponéis los ojos
en nosotros, como si con nuestra virtud o piedad hubiésemos
hecho andar a éste? El Dios de Abraham, y de Isaac, 13
y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su