13.05.2013 Views

pablo.pdf

pablo.pdf

pablo.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Es que les gustó mi pecho.<br />

—Quizá. Pero en este caso lo importante es que les has causado una buena<br />

impresión.<br />

Fukaeri se quedó callada un rato. Como si se hubiera quedado mirando<br />

fijamente algo colocado encima de una repisa cercana. Quizá reflexionaba sobre la<br />

relación que podía haber entre la buena impresión y su pecho. Al pensar en ello,<br />

Tengo se dio cuenta, poco a poco, de que él tampoco lo sabía.<br />

—A las cuatro —dijo Fukaeri. Y colgó.<br />

Cuando entró en la cafetería de siempre, un poco antes de las cuatro, Fukaeri ya<br />

lo estaba esperando. A su lado se había sentado el profesor Ebisuno. Iba vestido con<br />

una camisa gris claro de manga larga y unos pantalones gris oscuro. Como de<br />

costumbre, estaba muy erguido; parecía una estatua. A Tengo le sorprendió un poco<br />

la presencia del profesor. Según Komatsu, era sumamente raro que «bajara de la<br />

montaña».<br />

Tengo se sentó frente a ellos y pidió un café. Aunque la estación de las lluvias<br />

todavía no había comenzado, hacía tanto calor que daba la impresión de que estaban<br />

en la canícula. Aun así, Fukaeri bebía chocolate caliente a sorbitos, como la vez<br />

anterior. El profesor Ebisuno había pedido un café con hielo, pero no lo había<br />

probado. El hielo se derretía y formaba una capa transparente de agua en la<br />

superficie.<br />

—Gracias por venir —le dijo el profesor.<br />

Trajeron el café y Tengo dio un trago.<br />

—Por ahora todo está saliendo bien —dijo Ebisuno despacio, como si probara el<br />

tono de su voz—. Tu contribución ha sido importante. Realmente importante. Ante<br />

todo, te quiero dar las gracias.<br />

—Se lo agradezco, pero, como sabrá, oficialmente yo no existo en todo este<br />

asunto —repuso Tengo—. Alguien que no existe oficialmente no puede contribuir a<br />

nada.<br />

El profesor Ebisuno se frotó las manos por encima de la mesa, como para<br />

calentarse.<br />

—No hace falta que seas tan modesto. Dejando lo oficial aparte, en la realidad<br />

existes. Si no existieras, las cosas no habrían salido tan bien como hasta ahora.<br />

Gracias a ti, La crisálida de aire se ha convertido en una obra excelente; en algo<br />

profundo y sustancioso que ha superado mis expectativas. Desde luego, Komatsu<br />

tiene un ojo clínico para las personas.<br />

A su lado, Fukaeri seguía bebiendo el chocolate en silencio, como una gatita<br />

lamiendo leche. Vestía una sencilla blusa blanca de manga corta y una falda azul

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!