13.05.2013 Views

pablo.pdf

pablo.pdf

pablo.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Vete a Nakamura-ya, en Shinjuku, a las seis. He reservado una mesa tranquila<br />

a mi nombre, hacia el fondo del local. La editorial paga la cuenta, así que comed y<br />

bebed lo que os apetezca. Y hablad los dos con calma.<br />

—¿Eso quiere decir que usted no vendrá?<br />

—La condición de Fukaeri era hablar contigo a solas. Por ahora, parece que no le<br />

hace falta reunirse conmigo.<br />

Tengo se quedó callado.<br />

—Eso es todo —concluyó Komatsu con voz jovial—. Hazlo bien, Tengo. Eres<br />

corpulento, pero gustas a la gente. Además, eres profesor de una academia<br />

preparatoria, así que estarás acostumbrado a hablar con precoces alumnas de<br />

instituto. Estás más capacitado que yo. Sólo tienes que sonreír, persuadirla y<br />

mostrarle que puede confiar en ti. Espero buenas noticias.<br />

—Aguarde un segundo. ¿Acaso no es ése el asunto del que me habló en un<br />

principio? Todavía no le he respondido. Como le dije la otra vez, es un plan<br />

sumamente peligroso y sospecho que no todo va a salir tan bien. Podría convertirse<br />

en un problema a nivel social. Es imposible que convenza a una chica que no<br />

conozco, cuando ni yo mismo he tomado una decisión en cuanto a aceptar o no.<br />

Komatsu se quedó un rato callado al teléfono. Luego habló.<br />

—Oye, Tengo, el asunto ya está en marcha. Es tarde para detener el tren y<br />

apearse. Yo estoy completamente decidido. Y tú debes de estar medio decidido. Por<br />

así decirlo, corremos la misma suerte.<br />

Tengo movió la cabeza hacia ambos lados. ¿Correr la misma suerte? ¡Vaya!<br />

¿Desde cuándo se había puesto la cosa tan dramática?<br />

—Pero, señor Komatsu, ¿no le dije el otro día que necesitaba tiempo para<br />

pensármelo con calma?<br />

—De eso ya han pasado cinco días. Te lo has pensado con calma, ¿y qué?<br />

Tengo no sabía qué decir.<br />

—Aún no he tomado una decisión —se sinceró.<br />

—Pues, entonces, ¿por qué no ves a Fukaeri y hablas con ella? Puedes decidirte<br />

después.<br />

Tengo se masajeó fuertemente las sienes con los dedos. La cabeza todavía no le<br />

funcionaba al cien por cien.<br />

—De acuerdo. Iré a conocer a Fukaeri. Mañana a las seis en el Nakamura-ya de<br />

Shinjuku. Le explicaré el asunto por encima. Pero no puedo prometerle nada más,<br />

porque se lo puedo explicar, pero lo de convencerla es imposible.<br />

—Está bien, vale.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!