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ecios chalecos antibalas, no se habían contado víctimas entre las Fuerzas de<br />

Autodefensa y los agentes de policía. Únicamente, uno de los agentes se había roto<br />

una pierna al caerse por un terraplén durante la persecución. Sólo uno de los<br />

miembros de la facción radical estaba en paradero desconocido. Por lo visto el<br />

hombre había desaparecido a pesar del gran despliegue policial.<br />

Tras el impacto del tiroteo, los periódicos empezaron a informar detalladamente<br />

sobre el proceso de constitución de la facción radical. Eran vástagos de los altercados<br />

universitarios que habían ocurrido alrededor de 1970. Más de la mitad de los<br />

miembros habían participado en la ocupación del auditorio Yasuda de la<br />

Universidad de Tokio y de la Universidad Nihon. Tras capitular y entregar sus<br />

«bastiones» ante el uso de la fuerza bruta de los antidisturbios, los alumnos y una<br />

parte del profesorado que habían sido expulsados de la universidad, o que sentían<br />

que la actividad política de la zona urbana centrada alrededor del campus<br />

universitario había alcanzado un punto muerto, superaron los sectarismos, se<br />

unieron, construyeron una granja en la prefectura de Yamanashi e iniciaron la<br />

actividad comunal. Parece ser que, en un principio, participaron en la «Academia<br />

Takashima», una agrupación comunal centrada en la agricultura; pero insatisfechos<br />

con aquella vida, llevaron a cabo una reestructuración del grupo, se independizaron,<br />

compraron un pueblo abandonado en el interior de las montañas por un precio<br />

excepcionalmente barato y allí vivieron de la agricultura. Aunque al principio no<br />

todo fue coser y cantar, al cabo de poco tiempo los alimentos producidos mediante<br />

agricultura orgánica experimentaron un silencioso auge en la ciudad y, al parecer,<br />

montaron un negocio de venta de hortalizas por correspondencia. Gracias a aquellos<br />

vientos propicios, la hacienda creció cada vez más. Ellos eran, de todos modos, gente<br />

seria y trabajadora, bien organizada bajo el mando de un dirigente. El nombre de<br />

aquella comuna era «Vanguardia».<br />

Aomame frunció gravemente el ceño y tragó saliva haciendo mucho ruido en el<br />

fondo de su garganta. Luego dio unos golpecitos en la superficie de la mesa con el<br />

bolígrafo que tenía en la mano.<br />

Siguió leyendo los artículos.<br />

Pero aunque la gestión de la comuna se había estabilizado, en el interior de<br />

Vanguardia se había formado, de forma progresiva, una clara división. El grupo<br />

estaba escindido entre una «facción radical a favor de la lucha armada», que todavía<br />

aspiraba a un movimiento revolucionario de guerrillas guiado por los dictados del<br />

marxismo, y una «facción comunal» relativamente pacífica que admitía el hecho de<br />

que una revolución violenta no era una opción realista en el Japón moderno, que<br />

además rechazaba el espíritu del capitalismo y que tenía como objetivo una vida<br />

natural, en armonía con la tierra. Y fue en 1976 cuando la facción comunal, que era<br />

superior en número, expulsó de Vanguardia a la facción a favor de la lucha armada.<br />

Sin embargo, Vanguardia no echó a la facción radical por la fuerza. Según los<br />

periódicos, les proporcionaron nuevos terrenos y cierta financiación y parece ser que

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