13.05.2013 Views

pablo.pdf

pablo.pdf

pablo.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Mientras escuchaba, se sintió como si él mismo se hubiera convertido en un vil<br />

ladrón y hubiera entrado en casa ajena durante la noche. Estaba escondido a la<br />

sombra de algo, conteniendo el aliento, esperando a que los inquilinos se quedaran<br />

dormidos.<br />

Tengo hirvió agua en una tetera y preparó té verde para relajarse. Luego cogió la<br />

taza, se sentó a la mesa e intentó reproducir en su cabeza de forma ordenada toda la<br />

conversación telefónica.<br />

«Mi esposa ya se ha perdido y no podrá volver a visitarlo bajo ningún concepto»,<br />

le había dicho el hombre. Sobre todo, la expresión «bajo ningún concepto» había dejado<br />

perplejo a Tengo. Le había hecho sentir algo semejante a un húmedo y oscuro<br />

pantano.<br />

Parecía que lo que aquel hombre llamado Yasuda le había querido transmitir era<br />

que, aunque su esposa deseara volver a visitar a Tengo una vez más, le sería<br />

imposible. Pero ¿por qué habría de ser imposible? ¿Qué había querido decir con que<br />

se había perdido? Tengo se imaginó a Kyōko Yasuda gravemente herida en un<br />

accidente, presa de una enfermedad incurable o con el rostro desfigurado por una<br />

paliza. Iba en una silla de ruedas, había perdido algún miembro de su cuerpo o<br />

estaba vendada de la cabeza a los pies, de manera que no se podía mover. También<br />

se la imaginó atada con gruesas cadenas en un sótano, como una perra. Pero<br />

cualquiera de esas opciones era demasiado disparatada como para ser verdad.<br />

Kyōko Yasuda (Tengo empezó a pensar en ella por su nombre y apellidos)<br />

apenas le había contado nada de su marido. No tenía ni idea de a qué se dedicaba,<br />

cuántos años tenía, cómo era su rostro, qué carácter tenía, dónde se habían conocido<br />

o cuándo se habían casado. No sabía si era gordo o delgado, alto o bajo, guapo o feo;<br />

si mantenían una buena relación conyugal o no. Lo único que sabía era que ella no se<br />

privaba de nada en su vida (más bien, parecía que vivía de forma holgada) y que no<br />

debía de estar demasiado satisfecha con el número de veces (o con la calidad) de las<br />

relaciones sexuales con su marido. Sin embargo, todo aquello no dejaba de ser una<br />

impresión suya. Ella y él habían pasado muchas tardes charlando en la cama, pero el<br />

tema de su marido nunca había salido a colación. Y a Tengo tampoco le interesaba<br />

hablar de ello. A ser posible, prefería no saber cómo era el hombre al que le estaba<br />

hurtando la mujer. Lo consideraba una especie de cortesía. Pero dadas las<br />

circunstancias, se arrepintió de no haberle preguntado nunca nada sobre su marido<br />

(si se lo hubiera preguntado, ella habría respondido sinceramente). ¿Sería un hombre<br />

celoso, posesivo o violento?<br />

«Piensa por ti mismo», reflexionó Tengo. «Si te hallaras en su lugar, ¿cómo te<br />

sentirías? Es decir, supongamos que tienes una mujer, dos niñas y llevas una vida<br />

familiar normal y tranquila. Sin embargo, descubres que tu mujer se acuesta con otro<br />

hombre una vez por semana. Él es diez años menor. La relación se prolonga durante<br />

un año. Si estuviera en su situación, ¿cómo pensaría? ¿Qué sentimientos me<br />

dominarían? ¿Odio intenso, profunda desesperación, tristeza inconmensurable, risa

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!