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parecido a aumentar el número de carriles de una carretera. Las numerosas daughters<br />

se convertían así en perceivers para la Little People y desempeñaban la función de<br />

sacerdotisas. Tsubasa era una de ellas. Si se consideraba que el líder no había<br />

mantenido relaciones sexuales con las mother, sino con las daughters, la expresión de<br />

«unión ambigua» que el líder había utilizado cobraba sentido. Eso también explicaba<br />

que los ojos de Tsubasa fueran inexpresivos y carecieran de profundidad, así como<br />

que apenas hablara. Lo que no sabía era por qué la daughter Tsubasa se había<br />

escapado de la comunidad, y cómo lo había hecho. En todo caso, seguramente la<br />

habían metido en una crisálida de aire y la habían recuperado y llevado junto a su<br />

mother. La sangrienta muerte del perro había sido una advertencia de parte de la<br />

Little People. Igual que en el caso de Tōru.<br />

Las daughters deseaban concebir un hijo del líder, pero al no ser cuerpos reales no<br />

tenían la regla. No obstante, según el líder deseaban encarecidamente quedarse<br />

encinta. ¿Por qué sería?<br />

Aomame sacudió la cabeza. Todavía había demasiadas cosas que no<br />

comprendía.<br />

Aomame quería comunicarle cuanto antes a la señora que quizás el hombre no se<br />

había limitado a violar a las sombras de las niñas. «A lo mejor no teníamos por qué<br />

haber asesinado a ese hombre.»<br />

¿Pero la creería así como así si se lo explicara? Aomame era consciente de ello. La<br />

señora, o cualquiera con un poco de cabeza, nunca se creería lo de la Little People, las<br />

mothers, las daughters y las crisálidas de aire, por mucho que se lo presentara como<br />

algo real. Porque para alguien con un poco de cabeza no serían más que invenciones<br />

sacadas de una novela. Igual que no se creerían la existencia de la Reina de corazones<br />

o el Conejo con el reloj de Alicia en el país de las maravillas.<br />

No obstante, la Luna vieja y la luna nueva que Aomame había visto en el cielo<br />

eran reales. Había estado viviendo bajo su luz. Había sentido sobre su piel el cambio<br />

que se había generado en la gravitación. Y había matado con sus propias manos en la<br />

habitación oscura del hotel a la persona a quien llamaban líder. El mal agüero que<br />

había sentido al clavarle la afilada aguja en aquel punto de la nuca permanecía vivo<br />

en la palma de su mano. Aún ahora esa sensación le ponía la carne de gallina.<br />

Además, poco antes de asesinarlo, había visto cómo el líder hacía levitar en el aire<br />

unos cinco centímetros un pesado reloj de mesa. Aquello no había sido una ilusión<br />

óptica, ni un truco de magia. Era un hecho innegable que había que aceptar tal cual.<br />

De ese modo la Little People había tomado bajo control la comunidad de<br />

Vanguardia. Aomame desconocía cuál era el fin último que pretendían conseguir<br />

mediante ese control. Quizá se tratara de algo que trascendía el bien y el mal. Pero la<br />

niña que protagonizaba La crisálida de aire se había dado cuenta intuitivamente de que<br />

era algo que estaba mal e intentaba contraatacarlo a su manera. Abandonaba a su

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