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EJE TEMÁTICO IV METÁFORAS DE LA LECTOESCRITURA DEL CUENTO EN JÓVENES DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR<br />

base ética. En gran medida, los estudiantes observan cómo la lectoescritura <strong>de</strong> relatos también nutre a<br />

las palabras, haciéndoles cambiar la forma <strong>de</strong> hablar y <strong>de</strong> escribir, puesto que en la medida en que se lee<br />

diferentes obras literarias, como se leen cuentos <strong>de</strong> autores <strong>de</strong> otros países, se apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> nuevas voces.<br />

En el cuento “réquiem por adiós”, el autor cuenta al lector cómo:<br />

El perfume <strong>de</strong> las flores, en las macetas colgadas en el alero <strong>de</strong> la casa, me trasportaron al día <strong>de</strong> la muerte<br />

<strong>de</strong> mi padre. Entonces yo tenía cuatro años y vivíamos en un pueblito cerca <strong>de</strong> la costa, don<strong>de</strong> llovía ceniza<br />

y se incendiaba el mundo. Aquella mañana, mientras jugaba en el patio, mi madre lavaba unos enormes<br />

bultos <strong>de</strong> ropa. Todavía recuerdo su fastidio cuando las gallinas <strong>de</strong> Don Juan le picoteaban los rosales<br />

cuando más prisa tenía por entregar la ropa, limpia y planchada a la vieja gruñona <strong>de</strong> Doña Tere.<br />

En este sentido, nutrir a las palabras no es otra cosa más que nutrirse <strong>de</strong> palabras. Pero, ¿son<br />

estos cuentos, nutrimentos <strong>de</strong> palabras? De acuerdo con los receptores, los veinte cuentos premiados<br />

usan un vocabulario muy conocido, a excepción <strong>de</strong> una que otra palabra inédita en el lenguaje común.<br />

En realidad, más que proveer <strong>de</strong> un extenso vocabulario, una narración ha <strong>de</strong> ser, ante todo, <strong>de</strong>seable,<br />

como nos lo subraya robert Escarpit (citado en Martín, 2003):<br />

La lectura literaria es un encuentro, un choque entre la voluntad <strong>de</strong>l autor y la <strong>de</strong>l lector. Un juego que<br />

produce placer. El lector <strong>de</strong>sea agotar la entropía <strong>de</strong>l texto, por su parte, el escrito ha jugado con la redundancia<br />

y la imprevisibilidad <strong>de</strong> una nueva <strong>información</strong>. (Escarpit, 1973).<br />

A pesar <strong>de</strong> no estar seguros <strong>de</strong> que con esa práctica algo cambie en ellos, los estudiantes, reconocen<br />

que al concentrarse en <strong>de</strong>sarrollar cuentos que echen a volar la imaginación serían dueños <strong>de</strong><br />

algo, felices y <strong>de</strong>sahogados <strong>de</strong> sus contratiempos. Para el lector <strong>de</strong>l cuento “Un largo día”, volar hacia<br />

otro mundo se consigue una vez que se introduce al mundo <strong>de</strong> lo posible:<br />

ya sin doña Lencha persiguiéndome, me fui a ver el teatro callejero mientras me comía la manzana que<br />

al levantarme había puesto en la mochila. La obra se trataba <strong>de</strong> un niño que andaba perdido en lugares<br />

muy extraños, pero que a mí no me lo parecían. Como tampoco me pareció raro que al final se pidiera<br />

cooperación a la gente arrimándole un recipiente para que ahí echara la sangre que cada uno quisiera dar.<br />

yo sólo les di una gota.<br />

Un largo día en el cual, el protagonista se mueve en una realidad soñada. Pero, ¿cómo logra<br />

este relato echar a volar la imaginación <strong>de</strong> quien lo lee? Dentro <strong>de</strong>l lenguaje literario se han <strong>de</strong>sarrollado<br />

y acumulado prácticas, conceptos y categorías para reescribir el mundo y el ser sobre la codificación y<br />

<strong>de</strong>codificación <strong>de</strong> las palabras. En este sentido, el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las palabras en el texto <strong>de</strong>bía adquirir otro<br />

significado, más allá <strong>de</strong> la <strong>de</strong>codificación literal <strong>de</strong> las palabras. De ahí que para javier Mina (citado en<br />

Martín, 2003):<br />

La lectura <strong>de</strong> un texto no se limita a una mera <strong>de</strong>codificación, la relación lector-texto pue<strong>de</strong> estar impregnada<br />

<strong>de</strong> fenómenos propios <strong>de</strong> la comunicación oral, dando lugar a una lectura proyectiva, ahora bien como las<br />

relaciones lector-texto no crean un verda<strong>de</strong>ro diálogo, éste transcurre en el territorio mítico (Mina, 1987).<br />

No obstante, ¿cómo podría dialogar un estudiante con el texto si él mismo se niega a la lectoescritura?<br />

con el argumento <strong>de</strong> que no se tiene inspiración ni talento para leer o escribir cuentos. A fin <strong>de</strong><br />

cuentas, lo más importante es, ¿cómo hacer que esos estudiantes se <strong>de</strong>scubran lectores y escritores en<br />

potencia? De acuerdo con j. M. Castellet:<br />

420 INSTITUTO TECNOLÓGICO AUTÓNOMO DE MÉXICO, MÉXICO, D.F.

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