TIMOS Yliras - DSpace CEU

AÑO 1808. 101
dejarles menear la sin hueso á su gusto. Allí se trata de reconocer
á su hermano José por Rey de España, y para dar respuesta al
• 6 juráis!, con decir sí juro! hay mas parla de la que á espa­
ñoles conviene. En cuanto á la Carta,ó Papel, ó Ley fundamental,
ó lo que sea , que el emperador nos otorga, la cosa varía de as­
pecto, porque con tal que salga como él manda, concederá aunque
sea seis sesiones para discutir el proyecto. ¿Habrá camastrón como
él? Y luego dirán quo-.el tal:Código fué una mala careta no mas,
cuando yo le daría por armas el escudo que el mismo emperador
daba á todo Congreso diplomático: la pluma de Maquiavelo cruza­
da con la espada de Maliorna.
Pero volviendo á los afrancesados, digo que fué una lástima el
error en que todos ellos cayeron, creyendo imposible el buen evito
de la insurrección nacional. Gente pobre de espíritu, almas corvas,
sin maldita la pizca de fé en la omnipotencia del Pueblo. De los
violentados nada digo, ¿porque quién resiste á la fuerza, ó á aquella
especie de miedo que cae en constante varón? ¿quién, por fuer­
te que sea, es capaz de hacerse superior en ciertos casos á ciertos
endiablados compromisos? Mas cuidado, que no entran en el nú­
mero de esa pobre gente á que aludo los que debiendo ser los pri­
meros en acreditar su heroísmo y en morir por la causa nacional,
fueron solo modelo de bajeza y de voluntaria abyección, aunque bajo
la capa de forzados. Yo no nombraré sino á uno , mas por la col
deduciréis las hojas : el magnánimo , el justo , el deseado, el se­
ñor D. Fernando que esté en gloria. De los napoleonidas hubo al­
gunos que, habiendo equivocado el primer paso, remediaron des­
pués el segundo, dando media vuelta á la izquierda cuando cesó
el temor ó el compromiso , ó comenzaron á augurar que España
podría derrocar á Bonaparte , tales como Ceballos é Infantado ; y
otros que siguieron constantes por su malhadado camino , ya fue-