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428 TIRIOS Y TROYANOS.
del rey pueda ejercer oficios concejiles, añadiéndose á continua­
ción que sirviendo en las milicias nacionales, sí los puede des­
empeñar. La regla la comprendo muy bien: la escepcion (valga
la verdad), no tanto.
Y también comprendo que sean cargas concejiles no cargos,
los o/icios que estamos diciendo, y que nadie pueda escusarse
de proceder á su desempeño, no mediando causa legal.
Y otra cosa comprendo también, y es que sea el gefe polí­
tico el que presida al ayuntamiento donde existiere aquella auto­
ridad; que nunca me ha pasado por las mientes negar al gobier­
no central una racional vigilancia en las corporaciones locales,
siempre que la inspección de que se trata no ate injustamente
las manos de las corporaciones en cuestión, en lo que estas hi­
cieren por su parte dentro del puro círculo local.
Veamos, pues, para tocarlo todo, que estension dá la Car­
ta á ese círculo, y cuenta que al hacer este examen, no quiero
pecar de exigente: al contrario, voy á ser tolerante con el prin­
cipio centralizador, sin exigirle concesión ninguna que le debi­
lite ó falsee, ó le haga perder su importancia.
¿Qué es lo que con arreglo á la Carta se halla á cargo de
los Ayuntamientos? Nueve cosas, y son las siguientes: 1. A
, la
policía de salubridad y comodidad; 2. a
, auxiliar al alcalde en
todo lo que toca á la seguridad de las personas y bienes de los
vecinos, y á la conservación del orden público; 3. a
, la adminis­
tración é inversión de los caudales de propios y arbitrios, confor­
me á las leyes y reglamentos, con el cargo de nombrar deposita­
rio bajo la responsabilidad de los que le nombran; 4. a
, hacer el
repartimiento y recaudación de las contribuciones, y remitirlas
á la tesorería respectiva; 5, a
, 6. a
y 7. a
, cuidar de todas las es­
cuelas de primeras letras y de los demás establecimientos de edu-