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TIMOS Yliras - DSpace CEU

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48 TlItlOS Y TROYA NOS.<br />

El duque de Mahon, y el ex-ministro Urquijo, y el oficial Ricar­<br />

do de Álava, y los alcaldes de Ameyugo y Urbina, y oíros mil pre­<br />

visores españoles, conjuraron al rey por lodos los sanios que vol­<br />

viese el pie atrás y se salvase. La comiliva contestó que nones , y<br />

que la salvación estaba en Francia.—/Rueño fuera, decia su oráculo,<br />

que por no seguir adelante, se echase á perder un negocio en qur<br />

el rey vá á salir como quiera, con solo cuatro cosas bien dichas á<br />

S. M. I.! Pecho al agua y vayamos allá, que no todo lo he de de­<br />

cir.... y por fin, yo me entiendo y Dios me entiende. Demás que<br />

Savary se deja cortar la cabeza si al cuarto de hora á lo sumo de la<br />

entrevista de ambas magestades, no es el rey tan monarca como<br />

yo hombre de pro, aun sin contar las órdenes que tengo comoar-<br />

ced¡anillo y canónigo. — ARayona, pues á Rayona! exclamaron<br />

todos en coro, que no puede mentir el buen Escoiquiz. —A Ra­<br />

yona, pues , dijo Fernando, que si todo consiste en ir allá y en<br />

derramar algunas lagrimitas, no han de decir mis fieles vasallos que<br />

me quedé sin novia y sin trono por escrupulillos de monja.—Y el<br />

rey montó en el coche, dicho esto, y subió la comitiva detrás, y<br />

aguijó Savary con su látigo, y el pueblo de Vitoria dijo ¡sÚotí!...\ v<br />

el monarca bufó diciendo ¡orre!!!...,)'la previsión popular tuvo que<br />

bajar las orejas , y los consejeros del rey levantaron ufanos las su­<br />

yas, y agitando cencerro y campanillas, pasó el 20 la recua los<br />

linderos que dividen á España de Francia. Para que desde enton­<br />

ces desespere nadie de ser en nuestra España hombre de Estado,<br />

por rinoceronte que sea!<br />

Los viageros pasaron el Pirineo, sin que un solo cristiano se<br />

adelantase á recibirlos á nombre de Napoleón. ¿Quién habia de<br />

esponerse á una pnlmonia entre la ventisca y la nieve de aquella<br />

endiablada frontera? Pero ya al acercarse á Rayona, cambiaron las<br />

cosas de aspecto. El príncipe áe'Neufchatel y el mariscal de pala-

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