TIMOS Yliras - DSpace CEU

424 TIRIOS V TROYANOS.
que habia de dar y negar á los pueblos que constituían sus casi
fabulosos dominios), mantuviéronse independientes mientras
duró la monarquía goda, pareciendo hundirse con ella cuando
la invasión de los árabes, aunque para brotar otra vez sobre la
superficie de la tierra, al modo que el Guadiana en Tomelloso
para reaparecer nuevamente en los Ojos que llevan su nombre.
La reconquista no era realizable sin el entusiasmo del Pueblo,
ni posible conservar el territorio que se iba gradualmente reco­
brando, sin conceder á las poblaciones franquicias, privilegios
y estímulos en lo relativo á su régimen. Así fueron los pueblos
adquiriendo todos sus fueros de localidad, ganados á punta de
lanza y á costa de torrentes de sangre; y antes que la Francia
tuviese sus municipalidades primeras, era ya la España un con­
junto de tantas pequeñas repúblicas, cuantas eran las ciudades y
villas en que se enarbolaba la cruz sobre los minaretes del Pro­
feta. Reunidos en junta los gefes de las respectivas familias, nom­
braban regidores y alcaldes á quienes confiaban el gobierno, y
merinos juntamente y jurados para la administración de justicia.
En estas reuniones domésticas no eran electores ni elegibles los
individuos de la nobleza, ni los pertenecientes al clero. Ademas
del derecho de nombrar sus magistrados municipales, tenian
otras varias poblaciones desde el principio de la reconquista el
no menos importante v notable de elegir su caudillo ó Señor, co­
mo tuvo lugar en Asturias, y después en Castilla y Vizcaya, con­
tinuando así las behetrías, peculiar institución española y de orí-
gen igualmente romano, hasta el siglo décimo cuarto. Los pen­
dones de las municipalidades se veian ondear en las batallas al
lado del pendón de los reyes desde fecha bastante remota, sien­
do esto consecuencia natural del carácter popular de la guerra
y de la organización militar que debia tener el municipio en