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432 TIRIOS Y TROYANOS.
de partido (ya sabéis que electores son esos) al otro dia de hecho
el nombramiento de los Diputados á Cortes y en la misma forma
que estos. Para ser diputado provincial se necesitan varios re­
quisitos , entre ellos tener lo bastante para pasar la vida con de­
cencia, y no ser empleado del rey de aquellos á quienes se prohi­
be formar parte de los Ayuntamientos. Los cargos se renuevan
por mitad de dos en dos años, debiendo pasar cuatro al menos de
interregno diputatorial para que un vocal, por muy bueno y por
muy escelente que sea, pueda ser nuevamente elegido. La pre­
sidencia de la diputación corresponde al gefe político, que ejerce
en la provincia el gobierno de la misma denominación. En su au­
sencia preside el intendente, y en la de este el vocal mas anti­
guo. Hasta aquí todo puede pasar, escepto la elección indirecta.
El objeto de las diputaciones es promover la prosperidad de
sus respectivas provincias. Esto empero no seria posible si pu­
dieran tener muchas sesiones, y de aquí el sapientísimo artícu­
lo en que se manda que estas sean solo noventa cuando mas
cada año. Alguno dirá acaso: ¿y por qué? ¿Por qué? Para es­
torbar, dice Toreno, QUE LAS CORPORACIONES EN CUESTIÓN SE
ERIJAN EN PEQUEÑOS CONGRESOS Y SE LADEEN AL FEDERALISMO.—
¡Petites chambres! No faltaba mas.
Sus atribuciones son estas:
1 . a
Intervenir y aprobar el repartimiento flecho á los pueblos
de las contribuciones que hubieren cabido á la provincia.
2. a
Velar sobre la buena inversión de los fondos públicos de
los pueblos, y examinar sus cuentas, para que con su visto bueno
recaiga la aprobación superior, cuidando de que en todo se ob­
serven las leyes y reglamentos (1).
(1) Eso del visto bueno me hace gracia. ^Bueno, y se exije el ojo de