TIMOS Yliras - DSpace CEU

302 TIMOS Y TRÓVANOS.
confiscación decrelada por los anteriores gobiernos contra los bie­
nes de los afrancesados y de los naturales de Francia domiciliados
entre nosotros.
—Medida terrible esa última, y anli—liberal sobre todo.
—Don Bueso, póngase usted en el caso, en la época y en la cir­
cunstancias en que entonces se bailaban las Cortes, y será indul­
gente con ellas. Lo malo fue que las confiscaciones apenas produ­
jeron un real en alivio y pro del erario, porque todo venia á que­
darse, como dice el mismo Toreno, entre las uñas de ciertos ma­
nipulantes, gente rapaz en su mayor parte , ó perteneciente á la
curia.
— Proh Curia, invcrsique mores! Mientras no se ahorque en
España tanto y tanto ladrón como tiene entre gentes de cierta cate­
goría, escusado es pensar en reformas, ni en adelantos de ninguna
especie.
—Los otros dos arbitrios fueron cosa harto insignificante
también , puesto que en los templos no habia plata apenas que
aprovechar , y andando , como he dicho , el pueblo á pié,
eran raros también los magnates que se atreviesen á salir en
coche insultando la miseria pública, á no ser en el caso escepcional
de estar impedidos ó enfermos. Atuviéronse, pues , las Cor­
tes á las contribuciones ordinarias y á la eslraordinaria de guerra,
y con esto y con la rebaja de sueldos en los empleados, con las
remesas que, aunque corlas ya , seguían viniendo de América, V
con los suministros por último que, no incluidos en el presupues­
to , aprontaban los pueblos en especie, se fué sorteando el apuro
en los mejores términos posibles. Nada hay irrealizable, Don Bue­
so , ante la fuerza de voluntad de un pueblo decidido y patriota.
— Y después de lo queusted lleva dicho, ¿qué oirás cosas tu­
vieron lugar en el seno de la Asamblea?