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488 TIRIOS T TROTAROS.
re por su parte á reemplazar con la actividad la exajerada fle­
ma que le hiela y casi le convierte en estatua! ¿Lo hará? Sí,
ya lo hace... ya sale de sus acantonamientos de Freisneda; ya
se dirige á Ciudad-Rodrigo; ya es el 8 de enero, ya la cerca, ya
la bale, ya manda embestir, ya es la noche del 19, ya asalta
la ciudad, ya la toma! Bravo! mucho tardó en menearse, pero
se ha meneado por fin, y halo hecho á las mil maravillas. ¿Qué
importan ya nuestras recientes pérdidas en la parte oriental de
España? Por ahora al occidente me atengo. Pueblo por pueblo
y duque por duque, mas pesa en la balanza de la guerra la
reconquista de esa población que la pérdida de Valencia; mas
que Suchet y Albufera á la cola, dicen Wellington y Ciudad-
Rodrigo.
Mas no se limita á esa toma la gloria del ejército aliado.
La sombra del valiente Menacho llama á Wellington desde Ba­
dajoz, y hechos los debidos honores á los bravos Crawfurd y
Mackinson, y dejando en poder de Castaños reparada y abas­
tecida la plaza de Ciudad-Rodrigo, y ocultando sus preparati­
vos á la perspicacia de Soult y al ojo vigilante de Marmont,
llega el gefe británico á la vista de la capital eslremeña, y cer­
cando allí á Philippon desde el dia 16 de marzo, le embiste,
le acosa, le aflige con su ejército anglo-porlugués, y ordenando
á este olro asalto el dia 6 del siguiente abril, restituye á Es­
paña la plaza de que Imaz la habia privado, rindiendo prisio­
nero al francés con 4200 de los suyos, tras haber perdido en
el sitio unos 800 ó mas, si bien con mortandad espantosa por
parte de los asaltadores, los cuales tuvieron de pérdida en los
22 dias del asedio 4900 valientes. ¡Menoscabo enorme por
cierto, debido á ser menor en los ingleses la bizarría que la
habilidad, mientras en los franceses sitiados presidieron cons-