TIMOS Yliras - DSpace CEU

ASO 1813. 545
y en él, después de presentar el cuadro de nuestra antigua le­
gislación relativa á causas de fé, legislación basada esencial­
mente en la autoridad que la Iglesia tenia encomendada á los
obispos, pasaba sabiamente a trazar con erudición concienzuda
y prolijo detenimiento la historia del odioso tribunal, poniendo
en evidencia su carácter de ilegitimidad é intrusión en la mo­
narquía española, la marcada oposición con que las Cortes com­
batieron su instalación, los alborotos que escitó en los pueblos,
y la animadversión general con que la recibieron los prelados,
los magistrados y las corporaciones; tras lo cual, estendiéndose
luego en consideraciones importantes sobre su incompatibilidad
absoluta con la nueva Carta política, ya se atendiese á su orga­
nización, ya á la índole de su fin, ya á sus medios de ejecución;
pasaba últimamente á pintar sus atrocidades y horrores, sus le­
yes de esterminio y de sangre, su monstruosa tramitación, su no
publicidad en los juicios, su espantoso sistema de cárceles, su
insidiosa y truncada manera de presentar las declaraciones, su
prurito infernal de misterio, invisibilidad y careta en lo perte­
neciente á los jueces, á los testigos y al acusador, su diabólica
delectación en ordenar suplicios y tormentos. En consecuencia,
y procurando hábil calmar exagerados escrúpulos en los hombres
de buena fé, quitando á los hipócritas y pérfidos los medios
de alarmar las conciencias ó de fascinar almas débiles, termi­
naba la comisión su bien desempeñado trabajo, presentando á
la aprobación de las Cortes las dos proposiciones siguientes:
1. A
«La religión católica, apostólica romana será protegida por
leyes conformes á la Constitución.» 2. A
«El tribunal de la Inqui­
sición es incompatible con la Constitución. » Modo sabio, inge­
nioso y discreto de asegurar el triunfo á la reforma. La prime­
ra proposición tenia que ser aprobada, sopeña de ponerse las
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