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AÑO 1810. 187
NE, POFT SU PROPIA ELECCIÓN, Y POR LA MAS GLORIOSA DE TODAS
LAS ADOPCIONES EN PRINCIPE FRANCÉS É HIJO DE V. M. I. y R.
Me atrevo á esperar, Señor, qua tan ardientes votos y un afecto
tan absoluto tocarán el corazón magnánimo de V. M. , y que se
dignará hacerme partícipe de la suerte de cuantos V. M. ha hecho
felices.
SEÑOR, deposito, etc.
Firm ado—FE R N A N DO .
Valencey 3 de mayo de 1810.
— Con que vamos , querida Heloisa: ¿qué es lo que me dices
ahora? ¿Ves como te trata Abelardo?
—Mentira, mentira, mentira! Eso no puede ser; no es posible.
—Dice que eres una loca de atar.
— ¡Oh, que horrible calumnia, Dios mió!
—Que mereces azotes por quererle.
—Impostura de su vil opresor.
—;Ay que niñeria! ¿Y sus cartas? ¿Dudas tú de que sean au­
ténticas?
—Su tirano le ha obligado á escribirlas. ¡Oh, no puede ser
otra cosa!
—¡Hola! ¿Le han obligado? Pues me alegro.
—Seria un infame sino; y eso... tú lo ves... no es posible.
—Oh! Pues él podrá no ser picaro; pero lo que es cobarde
—¿Como? ¿Qué? ¿Quieres que te arranque los ojos?
—/Jesucristo!
—Fernando es mi gloria, mi universo, mi cielo, mi Dios.
—Buenas noches, Señora, buenas noches. Fernando dice bien
en su carta: estáis mas que ciega furiosa. Con que , vamos,
no he dicho nada. ¡Viva el bravo, el magnánimo, el insigne, el
ilustre y sin par Fernando Vil!