TIMOS Yliras - DSpace CEU

ANO 1814. 637
contra el gobierno constitucional. Tras esto suplica al monarca
tenga la bondad de empuñar el bastón de general que le ofrece,
y el rey dice que está bien en su mano; pero Elio insiste
otra vez, y consigue que en efecto lo empuñe. La farsa de
antemano convenida, no puede estar mejor representada. Ya
Fernando tiene el bastón; ya está con el hacha el verdugo.
Llegad, pues, Cardenal de Borbon; llegad, y con sumiso acatamiento
besad como esclavo la mano del monarca que os puede
anonadar, y con vos á la Regencia y á las Cortes que de
una manera tan triste estáis representando en Valencia. ¿Os resistís?
Besadla, voto á brios! y no irritéis la cólera del déspota,
ni os andéis con vanos escrúpulos, pensando si os es lícito
ó no imitar el homenage de Elio, imprimiendo vuestro ósculo
en la mano del hombre ante el cual la Asamblea ha tenido
que doblar la rodilla desde que lo ha hecho Copons. ¿Habéis
obedecido? Está bien. Idos á descansar á vuestra diócesi; allí
hacéis mas falta que aqui; vuestra misión, Regente, ha conconcluido,.
Mas tú, plebe edetana, ¿qué haces? ¿Por qué reproduces la
escena de tirar del coche del rey ? Esa demostración humillante
que tienes el honor de compartir con los caballos de S. M.,
está ya gastada á sus ojos á fuerza de ser repetida. Otras escenas
han de ser ahora las que deben lisonjearle. ¿Qué hacen
esos puñales en la vaina? ¿Por qué no los ofreces al rey para
sacrificar á los libres, como los oficiales de Elio le ofrecen sus
valientes espadas? Ya el juramento que prestaron antes de sostener
la Constitución, cede su lugar al flamante de restablecer
al monarca en la plenitud consiguiente de sus soberanos derechos;
ya, por si no hay bastantes bayonetas con las de que
Elio hace alarde, hay el dinero que se necesita para armar mi-