TIMOS Yliras - DSpace CEU

ANO 1812. 351
el embate revolucionario? La aristocracia no es defensa al tro­
no sino en dias de tranquilidad, cuando no es necesario ese
escudo: á la revolución que se desata es en vano oponer valla­
dares en instituciones cual esa. ¡Cámara alta! Inútil para-rayos
contra las tormentas del Pueblo.
Mas no porque yo os dé mi enhorabuena al veros suprimir
ruedas inútiles en la máquina del Estado, no por eso, digo,
creáis que estoy completamente satisfecho con la Cámara que
habéis construido. Yo me alegro mucho al miraros presentar en
ella un obstáculo al absolutismo real; ¿pero es preciso acaso
para ello aprisionar las manos del monarca en los términos que
vosotros lo hacéis?
Vuestra Carta establece que las Cortes deban reunirse
anualmente el dia primero de marzo sin convocatoria del rey,
y que deban durar un tiempo dado, y que el rey no las pueda
suspender, ni proceder á su disolución, siendo declarados trai­
dores y perseguidos como tales los que le aconsejen ó auxilien
en lo relativo á esos actos. ¡Diputados! ¿Estáis en vuestro jui­
cio ? ¿Qué ideas de gobierno son esas? ¿Son esclusivamente
demagógicas, ó monárquico-constitucionales? Si lo primero,
¿para qué el monarca? Si lo segundo, ¿para qué impedirle que
convoque las Cortes cuando quiera, con tal que lo haga anual­
mente, y que las prorogue ó disuelva con arreglo á las circuns­
tancias? ¿Es dia el primero de marzo que tenga privilegio nin­
guno sobre los otros de los demás meses? ¿No podrá suceder
que convenga reunir la Asamblea en otoño, mejor que en pri­
mavera ó en verano? ¿No es de temer que alguna vez se en­
gresquen los individuos del Parlamento, y que sea muy oportu­
no suspender ó cerrar sus sesiones? ¿No puede venir á las Cór-
te
s una minoría facciosa ó una mayoría opresiva, y ser justo,