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AÑO 1811. 259
los seis dias, y rindióse con 7000 valientes, y coi» 170 cañones,
y con otra infinidad de'recursos que para prolongar la resistencia
tenia á su disposición. Y esa conducta pareció muy fea , y formóse
proceso á aquel hombre, y la historia no dice sin embargo que se
le enforcase por ende.
Y sabed los que no lo sepáis que era entonces caudillo del
ejército de Estremadura el general Mendizabal, y ese general,
como digo, estaba en la orilla del Gévora cuando el sitio de Ba­
dajoz. Y era militar muy valiente, que no se le podia negar, pero
el mismo valor que tenia le hacia calavera á las veces. Y un dia,
el 19 de febrero, vino Soult á caer sobre él con mas que doble
número de fuerzas de las que él tenia á sus órdenes, y no obstan­
te que esto era así, esperóle muy si señor, y aceptó una batalla
campal, y antes de trascurrir una hora, tendiónos el francés patas
arriba muy cerca de 4000 hombres, sin dejarnos ni pizca de baga­
je, ni un ardite de municiones, ni una pieza de artillería. Y el
ejército se desbandó, y fue aquello una rota del diantre. Y fueron
justos juicios de Dios, que eso y mas merecía el general por
meterse en camisa de once varas; pero fue un dolor que la zurra
alcanzase al pobre soldado, en vez de recibirla solo él por su te­
meridad é impericia.
Y luego apoderóse el enemigo de Alburquerque y Valencia de
Alcántara, y lo mismo de Campomayor dentro ya del territorio
portugués; y con eso irá viendo el lector lo muy picaramente que
nos iba en el primer trimestre de este año por toda aquella fron­
tera.
Y al decir por aquella frontera, me refiero á la Estremadura;
Pero allá por el suelo andaluz variaba de aspecto la cosa. Y porque
v
ariaba de aspecto, temió Soult que cambiase del todo, y dejando
k tierra estremeña, vokió al territorio andaluz. Y hubo allí sus