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niquíes defCongreso qn? habían creado, y que así renegaba de su
origen, como una prueba sobre tantas otras de la ceguedad in­
herente á la exageración unitaria. Esaj'estriccion matadora de la
vitalidad de las provincias produjo un descontento universal, y
quedó sin efecto por último. Las demás providencias lo tuvieron,
y bien desagradable ciertjmentj, porque muchos hasta entonces
patriólas, viendo á la Central empeñada en mantener vigentes los
abusos que á tal estremo de miseria y ruina habian traido al país,
desconliaron de regenera rV á la sombra del pendón nacional, y
abrazaron la causa de José como mas favorable á la reforma, y
eso que lo era tan poco como en su lugar hemos visto. El ma­
nifiesto que,la Junta circuló en noviembre de 1808, fué por una
parte tardío, y por otra no bastó á destruir la prevención que en
contra del anuncio habian engendrado tantos actos de hostilidad
marcada al progreso, perpetrados sin cesar por la Asamblea desde
GJ momento de siwnstalacion.
Esto por lo que toca á lo político. En lo militar fué la Junta
mucho mas desgraciada todavía , como no podia menos de serlo,
atendida su monstruosa organización bajo el punto de vista eje­
cutivo. Malogrado un tiempo precioso en formalidades inútiles, fué
en vano querer luego apresurarlas paralizadas operaciones. El plan
de campaña adoptado fué vicioso en sentir de los inteligentes, no
siendo el mas á propósito para obrar nuestras legiones simullamente
con probabilidades de acierto. Aumentadas como iban á ser
estas con los bravos que al mando del marqués de la Romana ha­
bían venido del norte, y probadas ya en el combate otras que
antes constaban de reclutas, era de esperar algún éxito, si la di­
rección era buena, pero á la pesadez y lentitud con que se las hizo
mover, añadióse una cstraüa impericia en los mas de los gefes es­
pañoles y en su modo de tomar la ofensiva. Reforzado José con