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200 TIRIOS Y TRÓVANOS ,
Al hablar de la plaza de Cádiz, he dicho que la junta respondió;
y no faltará quien pregunte qué significaba esa junta, ó cómo es­
tando la Regencia allí, consentia esta á su lado otra autoridad ri­
val suya. Esto significa, lectores, que España es la nación mas
democrática entre todas las que se conocen, aun cuando examinán­
dola superficialmente les parezca á algunos que no. Antes de di­
solverse la Central, nombraron los vecinos de Cádiz la corporación
de que hablo para no carecer de autoridades que velasen en su de­
fensa cuando ya la Suprema agonizaba. La Regencia al subir al po­
der hubiera deseado ser sola, pero el Pueblo no quiso fiar sus mas
caros intereses locales sino á los elejidos del Pueblo. Con esto se
vio la Regencia precisada á acallar en su pecho sus ínfulas de po­
der absoluto por lo que áeste punto atañía; y dueña la junta del
mando en lo relativo á la hacienda y al reparto de las contribucio­
nes , fuélo por consecuencia precisa de la base principal en que
estriba el restante ejercicio de poder. Asi fue que el supremo
Gobierno no pudo obrar jamas sin su licencia en lo militar y econó­
mico, y de aquí por ventura una parte del desquite que tomó en lo
político, dilatando cuanto estuvo en su mano la regeneración del
pais y la reunión de las Cortes.
Invadida Asturias de nuevo poco tiempo después de ocupadas
las regiones del mediodia, no por eso decayeron de ánimo sus in­
trépidos defensores. El valiente Porlier con los suyos bajaba de los
montes al llano á modo de torrente asolador, llegando basta Castilla
y Rioja, mientras Don Federico Castañon y otros guerrilleros de
alma eran el terror del francés en el camino de León á Oviedo.
Aturdidos los imperiales, no sabian que hacerse por allí. El gene­
ral francés Bonnet consiguió apoderarse de Oviedo, pero aterrado
por los partidarios, se vio precisado á evacuarla, volviendo después
eon mas fuerzas, y ocupándola nuevamente para ser lanzado de