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AÑO 1812. 301
en el reino, el de fijar los gaslos de la administración pública,
establecer anualmente las contribuciones é impuestos, aprobar el
reparto de las contribuciones entre las provincias, y examinar y
aprobar las cuentas de la inversión de los caudales públicos (cua­
tro atribuciones distintas y una sola facultad verdadera), y por
último el de hacer efectiva la responsabilidad ministerial? Pero
si en esto os bailo racionales, no así en otros gravísimos pun­
tos, los cuales, siendo objeto ó materia de leyes ordinarias ó
comunes, maldito si debéis reservároslos en los términos en que
lo hacéis, usurpando al poder ejecutivo la parte que en justicia
le toca en la confección de esas leyes. ¡Pues qué, Diputados
•le Cádiz! ¿Seréis vosotros y no mas que vosotros los que de­
cretéis la creación y supresión de plazas en la magistratura y
oficios públicos, sin contar para nada con el rey, cuyo acierto
cu la administración de que son responsables sus ministros
puede pender del nlimero y la índole de los tales oficios y
plazas? ¿Seréis vosotros y no mas que vosotros los que deis
ordenanzas al ejército, á la armada y á la Milicia nacional,
cuando si esas ordenanzas son leyes, las debéis hacer con el
rey, y si son meramente reglamentos, debéis abandonárselos á
él solo? ¿Seréis vosotros y no mas que vosotros los que toméis
caudales á préstamo sobre el crédito de la nación, y no podrá
hacerlo el rey, sancionada la ley del empréstito que vosotros
hayáis decretado? ¿Seréis vosotros y solamente vosotros los
que establezcáis las aduanas y aranceles, los que dispongáis lo
oportuno para la administración, conservación y enagenacion
de los bienes nacionales, los que determinéis el valor, peso, ley,
hpo y denominación de las monedas, los que organicéis como os
plazca el sistema da pesos y medidas, y los que establezcáis final­
mente el plan general de enseñanza para toda la monarquía, siu