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524 TIRIOS Y TROYANOS.
advirtiendo la reacción que contra el despotismo de la Iglesia
habia comenzado á insinuarse asi en los pueblos como en los
monarcas, creyó deber llamar en auxilio de la santa causa de
Dios el hierro, el esterminio y el fuego. Los inquisidores in
partibus no bastaban sin embargo al objeto que el Pontífice se
proponia, y así determinó mas adelante nombrar inquisidor general,
siendo el primero que recibió este título nuestro Santo
Domingo de Guzman, elevado al cargo en cuestión para combatir
la herejía con los recursos de la palabra, cuando el buen
Simón de Montfort degollaba albigenses sin piedad, dando el
triunfo al feudalismo del norte contra la organización democrática
que el popular espíritu francés intentaba en el mediodía.
Entonces fué cuando la Inquisición, salvando primero los
Alpes, y luego el Rhin, y luego el Pirineo, invadió el territorio
de Italia, el de Alemania y el de nuestra Península, siendo
el suelo catalán el primero en recibir la importación francesa
allá por 1232, y siguiéndole el aragonés, países que en contacto
con Francia, no era mucho lo estuviesen también con la
susodicha herejía. Mas venturoso el suelo castellano, evitó
por de pronto el veneno, y el contraveneno también, dicha
doble y tanto mas de notar cuanto el primer Inquisidor general
habia nacido en Rioja, y por consiguiente en Castilla.
La misión de esle entretanto seguia siendo la de predicar,
la de persuadir meramente: los suplicios y la hoguera quedaron
á cargo del poder temporal. Los condes de Tolosa,
de Foix, de Reziers y de Carcassona habian con el de
Cominges resistido en sus respectivos estados esos medios
de conversión, rechazando el papel de verdugos que Roma les
quería deferir; pero no pasó mucho tiempo sin que hubiera
quien lo aceptase. Federico II de Alemania, acusado por el