TIMOS Yliras - DSpace CEU

ASo 1813. 59o
la reconquista, llega á sus oidos la nueva de la derrota de
José en Vitoria, y la de haberse guarecido en Francia con su
antes brillantísimo ejército, y la de hallarse ya nuestros valien­
tes al otro lado del Pirineo.... y ¡á Dios ilusiones de gloria! ¡á
Dios bellas y vanas esperanzas de honra y de provecho á la vez!
Valencia no es ya asilo seguro para el que con tanta ventura
acaba de ocuparla año y medio; y el rey del jardin oriental se
vé forzado á despedirse de él, no sin derramar triste llanto,
como allá en otros tiempos Boabdil al abandonar para siempre
su deliciosa vega de Granada.
¿Es verdad, Súchel? ¿es verdad? ¿Conque ya no hay na­
ranjas para lí en ese venturoso paraíso, ni sus palmeras te da­
rán mas dátiles, ni Albalate del Arzobispo te ofrecerá sus céle­
bres melones, ni ya la Albufera ¡oh dolor! llenará tu mesa
de anguilas? Duque sin ducado, paciencia! que también la
tiene José al verse monarca sin trono, y también la tendrá Na­
poleón cuando al fin le llegue su hora y se vea emperador sin
imperio. Si se ha de dar á Dios lo que es de Dios y al César
lo que es del César, justo es que á Europa se le dé lo suyo, y
á España lo que es suyo también.... Con que así, paciencia,
repito, y venga por de pronto Valencia.
Y Valencia vuelve en efecto á la nación á quien fué roba­
da, y Suchet abandona su recinto el dia 5 de julio, y entran
en él á continuación Elio y Villacampa y Miyares, y el maris­
cal francés sigue en su fuga caminando hacia el Bajo Aragón,
y allí se erije en centro de los suyos dispersos por aquel terri­
torio, y alli aloja por de pronto sus huestes en Caspe, Gan-
desa y Tortosa, y allí espera á ver en que para la actitud de
Mina y Duran ante la inmortal Zaragoza. ¿Ante Zaragoza? ¡Oh
ventura! Ya los simples guerrilleros se atreven á reclamar del