TIMOS Yliras - DSpace CEU

CAPITULO VI.
En que la Junta acaba su reinado, y yo ceso también de hablar de ella,, no
sintrleciri primero alguna cosa sobre nuestros genios guerreros, y sobre
nuestros genios guerrilleros, con algunos apuntes sobre la Gran
Bretaña y otras curiosidades relativas al año 1809 y principios
de 1810.
Será pesadez eslraña,
Mas y,o vuelvo á mi opinión.'
la tal centralización
So es conveniente en España.
Marco Aurelio, Romances moriscos.
Y sigo hablando serio , porque hay cosas á veces en la historia
o,ue no deben tratarse de burlas. Esto sin perjuicio de hacer las
modificaciones convenientes cuando así me diere la gana.
La Junta central en su fuga habia, como he dicho antes, pen­
sado en trasladarse áBadajoz; pero reflexionándolo después, varió
de intención y de rumbo, instalándose el 17 de diciembre en el
r
&d alcázar de Sevilla. La opinión le era poco favorable por sus
desaciertos pasados; pero eso no quitó que los pueblos que hubo de
recorrer en su marcha la respetasen y tratasen bien, reconociendo
e n
ella, aunque desgraciada, la legítima autoridad nacional. Once
dias después de su llegada á la capital andaluza, quiso Dios llamar
P a
ra sí al conde de Floridablanca, coincidiendo así la muerte de