TIMOS Yliras - DSpace CEU

10\ TIRIOS Y TRÓVANOS.
sus buenas disposiciones respecto á los andaluces, concediéndoles
la alta honra de establecer entre ellos la milicia cívica decretada en
el año anterior, milicia que quedó organizada en el mediodia de
España, sin hallar apenas obstáculo. Ni se limitó solo á eso la so­
licitud del intruso, antes bien deseando hacer ver su intención de
adoptar cuanto antes las reformas que necesitaba el pais, manifes­
tó que estaba decidido á congregarlas Cortes en todo el año 1810,
como si en ello se ganara mucho, atendida la farsa indecente que
vendrían á ser las tales Corles, según lo que hemos dicho de la Car­
ta que nos fué otorgada en Bayona. Quiso también tener un censo
exacto de la población española, y arreglar el gobierno interior, y
para conseguir esto último , dividió el reyno en 38 prefecturas,
subdivididas en subprefecturas, y estas en municipalidades; y des­
pués de haber dado así una prueba de sus buenos deseos en mar­
char algún tanto con la época, lomo el portante y regresó á Madrid.
Por muy pobres que fuesen estas muestras de su natural pro­
pensión á hacer á España todo el bien posible , halagaban á mu­
chos tanto mas cuanto menos procuraba la Regencia hacer por su
parte lo propio, y de aquí á no dudar la defección con que varios
en aquella época volvieron la espalda á un Gobierno que ni aun
farsas sabia inventar en materia de reforma política. José, demás
de eso, era amable, y tenia talante simpático, y los que al decir de
las plebes le creian tuerto y deforme, sorprendíanse al ver que no
era así, y acaban al fin algunos de ellos por inclinarse á amar al
que de oidas les habia inspirado aversión. Yo no sé cual de estas
cosas influiría en que los andaluces mirasen al intruso al principio
con los benignos ojos que se dice; pero si en efecto fue así, la
ilusión duró poco tiempo, dado que irse Pepe á Madrid y volverá
generalizarse la ojeriza que habia contra él, vino á ser una misma
cosa. Fiése V. ahora en simpatías que tan pronto como vienen se