TIMOS Yliras - DSpace CEU

156 TIRIOS Y TROYANOS.
lo fueron de toda la Península , es un cuento de las Mil y una
noches para entretener á los niños.
En aquella fecha, lectores, no se conocía en España lo que se
llama centralización.
Poco tiempo después arribaron á las playas iberas, ó llamadlas
celtíberas si os place , unos detrás de otros los fenicios, los rodios
los samienses, los focios, y otros griegos cuyos nombres no tengo
presentes, ni me importa gran cosa tenerlos; y á pretesto de ven­
der y comprar, quisieron poco á poco apoderarse de la pobre
nación española; mas los cartagineses que aspiraban á lo mismo,
vinieron en su pos y los lanzaron, y vendiéndonos protección, nos
impusieron poco á poco el yugo , aliándose con los españoles de
acá para vencer á los españoles de allá , y acabando al fin por do •
minarlos á todos , aunque no sin terribles percances y sin graves
obstáculos y riesgos , ó sino , que lo diga Sagunto.
En la época de los cartagineses no habia tampoco en España
gobierno ninguno central; pero lo habia ya federativo, aunque por
lo visto, imperfecto.
Vinieron los romanos después , y tomando lección de sus ri­
vales , aliáronse también con los españoles para derrotar á sus
amos , consiguiéndolo al fin de largas luchas lanto con estos como
con aquellos, siendo ya los hispanos menos bobos que acababan de
serlo poco antes.
No hay aun , pues, gobierne central en la época de la inva­
sión romana; pero las localidades tienen mas vida , y España no es
provincia de Roma, en su totalidad á lo menos, hasta haber fatiga­
do dos siglos la tenacidad proverbial de la Reyna y Señora del
mundo. Numancia, Viriato, y las provincias cantábricas son los
tipos genuinos de la época.
Dueños los romanos de España, le dejan sus costumbres, sus